• El 30.1% de las muertes por tráfico en Texas implican exceso de velocidad
(Redacción)
Cuando las órdenes de cierre de la pandemia COVID-19 entraron en vigencia en todo el país, el tráfico de automóviles disminuyó significativamente. Pero una investigación de la Administración de Seguridad de Carreteras del Gobernador (GHSA) muestra que, aunque hubo menos automóviles en la carretera durante este tiempo, la velocidad y la conducción imprudente aumentaron.
Si bien las calles relativamente vacías pueden inducir a los conductores a una falsa sensación de seguridad, el exceso de velocidad sigue siendo peligroso y cobra la vida de casi 10,000 estadounidenses cada año.
El exceso de velocidad es responsable de más de una cuarta parte de todas las muertes por accidentes de tránsito en los Estados Unidos. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) considera que un accidente está relacionado con la velocidad si uno de los conductores es citado por un delito relacionado con la velocidad o si un oficial determina que conducir demasiado rápido para condiciones, carreras o exceder el límite de velocidad fue un factor contribuyente en el choque.
Si bien los datos de NHTSA muestran que tanto la proporción de muertes de tráfico relacionadas con el exceso de velocidad como la tasa de mortalidad relacionada con la velocidad han disminuido en los últimos años, estas tasas varían a nivel estatal.
A nivel nacional, la tasa de mortalidad anual promedio relacionada con el exceso de velocidad durante el período de cinco años desde 2014-2018 fue de 2.97 por 100,000 personas. Sin embargo, a nivel estatal, existe una relación estadísticamente significativa entre las muertes per cápita relacionadas con el exceso de velocidad y el límite de velocidad máxima publicada en el estado. Los estados con límites de velocidad más altos a menudo experimentan más muertes relacionadas con la velocidad.