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Friday, April 19, 2024
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LECCIONES DEL CORONAVIRUS:

¿Aprenderemos, o no aprenderemos?

Por Alfredo Cuéllar

El SARS-CoV-2, y su correspondiente enfermedad COVID 19, apenas es conocida.  Acerca de ese virus, y sus estragos, es más lo que ignoramos que lo que conocemos, pero con esos misterios por delante, alejados de las vacunas, de saber si éstas podrán aplicarse, a cuántos, y cómo; y también ignorando si la inmunidad grupal funcionará y de qué manera, ya ha puesto el coronavirus, al mundo de hinojos, y ya tenemos las primeras lecciones. ¿Seremos capaces de identificar esas lecciones, interpretarlas y traducir en cambios de conducta individual y social esos aprendizajes?  Esa es la gran pregunta.   

A continuación, algunas de estas lecciones legado del SARS-CoV-2.

LECCIÓN #1:  LA ECONOMÍA LE GANA A LA SALUD: La pandemia nos ha enseñado que es obvio que a los políticos les interesa más la economía que las vidas humanas.  En la primera semana de mayo, contra las opiniones de los científicos de prolongar la cuarentena, anticipando que la pandemia repuntará, los gobernantes aterrorizados por los estragos económicos, y otros por simple imitación, levantan cuarentenas en casi todo el mundo. Cierto, con cautela, con recomendaciones, no todos los negocios, etc., pero la lección es clara, la economía le gana a la salud.

LECCIÓN #2: LOS SISTEMAS DE SALUD DEBEN MEJORARSE: Mientras que los manejos de la calamitosa pandemia en todas las naciones han probado cierta coordinación con sus sistemas de salud correspondientes, urgentes e importantes sugerencias de mejoras son evidentes en todo el mundo, aún en los países que más exitosamente manejaron y siguen manejándola bien, tienen abundantes lecciones para mejorar sus sistemas en lo general.  Las sugerencias varían de país a país.  Muchas tienen que ver con aceptar que no estaban preparados para este tipo de crisis, que faltaba financiamiento, que no se tenía, ni se tiene, equipo necesario, que no había especialistas; pero, algunas son más radicales como en el caso de los Estados Unidos, en que se hace -evidente- que un sistema de salud por lucro, es ineficiente para éstas y otras crisis, y para la salud en general de la población.  La mejor prueba es que despidiendo a enfermeras y valioso personal especializado, en estos mismos momentos, cuando la crisis está alejada de haber terminado, todo en aras de compensar gastos y mantener al sistema con ganancias económicas.  Otras fallas incluyen la falta de cantidad y calidad de escuelas de salud pública. La verdad sea dicha es que el coronavirus ha quitado las caretas a los sistemas de salud que se presentaban como buenos (?) o funcionales, y los ha expuesto como organizaciones urgidas de nuevas visiones y mejoras.

LECCIÓN #3:  DOS MUNDOS CONFIRMADOS: Mientras que no era un secreto el desarrollo y el subdesarrollo, el primer mundo y el tercer mundo, los de allá y los de acá, los ricos y los pobres, esta pandemia ha confirmado más elocuentemente a dos mundos en un mismo planeta.  Los países desarrollados es un mundo, otro mundo alternativo es el de los países subdesarrollados. Estos últimos no han tocado fondo en la pandemia, carecen de infraestructura médica, profesionales, vacunas, recursos, es imposible la distancia social, se desconfía del gobierno y no le hacen caso porque tienen una percepción baja del riesgo, y al reabrirse las estancias en casa, el público tendrá la percepción opuesta de que el peligro es mayor.  Contrasta con los países del primer mundo que, aunque no fueron todos, un modelo, sus toques de estancia se siguieron, tienen colchones económicos-sociales, distribución de alimentos, representantes políticos activos luchando por mitigar las crisis, seguros de desempleo, esfuerzos masivos de hacerse pruebas de infección, y otros. ¿Cuánto podrán sobrevivir esos dos mundos, haciendo de cuenta que es uno solo?  Es una pregunta de difícil respuesta y una lección para aprenderse.

LECCIÓN #4: EL MUNDO ES GLOBAL:  Mientras que la crisis reveló subrayadamente, que el mundo no era igual, y que las diferencias son enormes, nunca como ahora se hizo evidente la importancia de la cooperación internacional, la co-dependencia de unos con otros, y la fútil necedad de culpar a otras naciones, o a minorías étnicas, inventar conspiraciones, verse como enemigos, e insistir en nacionalismos chovinistas.  Lo que hace unos años, la globalidad por ejemplo, parecía que era parte del pasado el aislamiento, el nacionalismo, el racismo, etnocentrismo y otro, el COVID 19, nos ha enseñado que fue revivido inescrupulosamente, sólo para que la pandemia recordara a todos que en estos tiempos se necesita a todos coordinados, organizados, y buscando soluciones más allá de cualquier frontera o raza.  De nada o poco sirve que China, Europa o Estados Unidos controlen sus curvas, si Latinoamérica, parte de Asia y África siguen con la pandemia.  Los últimos re-infectarán a los primeros a menos que se aíslen de estas naciones, se prohíban a viajeros, se cancelen vuelos, enfatizando más la lección #3.

LECCIÓN #5: LA ECONOMÍA: Menos de tres meses han creado y de muchas maneras superado a las peores crisis económicas de la humanidad, y además mundialmente.  Mientras que se puede argumentar que nada ni nadie soporta lo que ha pasado (y sigue pasando), la vulnerabilidad de muchas regiones, naciones y estados es otra gran lección para aprenderse.  Sin lugar a duda que algunos países, y dentro de éstos algunas regiones, podrán recuperarse más rápidamente.  Pero las lecciones económicas son mayores y más dramáticas, y llenan de incertidumbre a expertos y a los habitantes de este planeta. Las deudas de las naciones del mundo, principalmente la de los Estados Unidos, empiezan a parecer impagables.  Eso de muchas maneras colapsaría el sistema económico dando lugar a una crisis mayor, aunque de otro tipo. En ese orden de ideas, hay dudas de si el dólar seguirá siendo el patrón cambiario, o se recurrirá a otro sistema. La puerta está abierta para cambios por las lecciones del coronavirus. Obviamente, estos cambios no sucederán sin una gran lucha de ideas y nuevas visiones con los economistas, banqueros, y los líderes de naciones poderosas decidiendo por todos.

LECCIÓN #6: EDUCACIÓN:  Pocas cosas son tan inamovibles como la educación.  La verdad sea dicha sin muchos aspavientos, hace siglos que la educación no cambia.  Esta crisis pandémica ha expuesto la verdadera cara de la educación en lo general: anticuada, falta de imaginación, sin creatividad, poca o nula coordinación, es en suma la educación mundial como un dinosaurio reumático.  El modelo fundamental de un profesor representando sabiduría y fuente del conocimiento frente a un grupo de soldaditos que son recompensados por obedecer, no por aprender.  Una lección para todo el grupo, y con frecuencia, ni eso.  Esta crisis ha probado que cada persona aprende con o sin maestro, que las lecciones deben ser individuales y los alumnos avanzar a su propio paso, a pesar del maestro y de otros que quieran o tengan que ir más lento.  El profesor debe transformarse en un administrador o coordinador de aprendizajes, no el capataz reprimiendo conductas e inhibiendo las iniciativas de los alumnos.  A nivel superior la educación está peor.  Excepción de algunos centros de investigación, donde en sus laboratorios se investiga al coronavirus, anticuerpos, vacunas, y otros temas relacionados, las universidades han probado ser guardianes de jóvenes y expedidoras de títulos y grados, pero viviendo en sus torres de marfil, desvinculadas del mundo y la comunidad. No han sido capaces de emitir protocolos para que los niños maximicen su aprendizaje en casa, consejos a padres de familia para enfrentarse al aislamiento, recomendaciones contra la depresión.  Aisladamente y por iniciativa de los medios de comunicación un experto, o especialista toca esos temas u otros, pero ni se preocupan de mencionar a universidades o decir que eso es iniciativa de sus facultades o colegios porque lo cierto, aunque duela, es que esta pandemia ha expuesto lo anticuado e inútil de las universidades. Las escuelas son un gran dilema, y un gran riesgo.  Por una parte, sin duda son una fuente de contagios de alto riesgo.  Las aulas no están diseñadas para tener distancia, los hábitos de los alumnos respecto a contacto físico tampoco son fáciles de cambiar.  Pero desde otro ángulo, la economía necesita liberar a los padres de familia de no tener que cuidar a los hijos para que se reincorporen totalmente a sus trabajos.  La lección es obvia, esta crisis ha mostrado a escuelas y universidades como un mal necesario con públicos cautivos.  No han ayudado en nada. ¿Se transformarán?

LECCIÓN #7: TRABAJANDO EN CASA: Gran parte del mundo tuvo que trabajar en o desde casa.  Lo que otrora parecía imposible, por controles, tradiciones, e inercia, ahora se ha probado que la gente puede ser tan productiva o más si trabaja desde casa.  Algunas de las compañías de Nueva York están contribuyendo, sin proponérselo, a crear otra crisis, la de los bienes raíces.  Se dieron cuenta en la pandemia, que los asuntos cotidianos funcionaban igual o mejor con sus empleados y ejecutivos trabajando desde casa.  Por lo tanto, ya han anunciado planes para dejar vacantes miles de pies cuadrados de oficinas.  No son los únicos.  Eso no significa que se haya acabado el mundo como lo conocemos. Se trata más bien de encontrar nuevas formas posiblemente temporales de trabajar. Por ejemplo, muchas compañías y escuelas y también familias y chats grupales han comenzado a utilizar software de reuniones virtuales como Zoom, Hangouts de Google, Teams de Microsoft o Webex de Cisco.  Tanto Google, como Yahoo, han anunciado nuevos sistemas de reuniones virtuales, para juntas, o comunicación, formal e informal, que permitirán opciones para ahorrarse gasolina, tiempo, arreglos y mucho más.  Esta crisis nos ha dado tremenda lección de cómo se perdía tiempo trabajando “a la antigüita”.

Lección # 8, 9, …y muchas más: Se han cancelado los eventos deportivos como los conocíamos, se espera que se reanuden.  Pero la cosa va para largo.  Seguirán prohibiéndose multitudes, estadios, conciertos y aglomeraciones.  Se insistirá en el uso de máscaras, los restaurantes se prohibirán si son muy grandes, los autorizados necesitarán que haya espacio más amplio entre comensales, los meseros deberán usar guantes y máscaras. Se sumarán a la lista negocios esenciales, y seguirá ayuda paliativa en forma de apoyos a la salud, a las clases más desprotegidas, y otras que surgirán diariamente.  Seguro que será de las decisiones más complicadas y de alto riesgo, tanto en la salud como en lo político-económico.

El enemigo es todavía desconocido, pero la lucha contra éste ya ha estrujado las lecciones de vida en el mundo que vivimos.

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