Terapia biológica salvaría de la ceguera a pacientes con uveítis

0
588

México, (Notimex).- La uveítis es la quinta causa de ceguera prevenible en el mundo, afecta principalmente a personas desde 20 hasta 59 años de edad, y quienes la padecen cuentan con una terapia biológica que ayuda a frenar el avance de ese mal.

Se trata de una enfermedad ocular inflamatoria que puede afectar a varias partes de la úvea y tejidos cercanos como la retina, causando visión borrosa y hasta la pérdida de la misma.

La úvea se encuentra debajo de la parte blanca del ojo y es una estructura fundamental para las funciones del ojo, como la de adaptarse a los diferentes niveles de luz o a las distancias de los objetos.

En conferencia de prensa, donde se informó que actualmente se cuenta con una prometedora terapia biológica para detener el avance de la enfermedad, la jefa del Departamento de Enfermedades Inflamatorias Oculares del Hospital Nuestra Señora de la Luz, Stephanie Voorduin, destacó la importancia de un diagnóstico oportuno.

Señaló que la uveítis se puede presentar en cualquier parte de la úvea, siendo las más severas en la zona más profunda. Los síntomas son ojos rojos, dolor ocular, visión borrosa y de manchas flotantes.

Comentó que el diagnóstico oportuno de la enfermedad es fundamental para prevenir el deterioro de la visión del paciente, pero la enfermedad está subdiagnosticada porque se confunde con otros males porque tienen los mismos síntomas.

“En la mayoría de los casos se desconoce la causa de la enfermedad, y en los que si se sabe puede ser traumática, inmunológica, por toxoplasmosis, por medicamentos en pacientes trasplantados y la diabetes es también un riesgo”, mencionó.

Mientras que el director Médico de Abbvie México, José Luis Cañadas, expresó que la terapia biológica que actualmente se utiliza para tratar esta enfermedad, no la revierte ni la cura, pero sí bloquea el factor que produce la inflamación, evitando o disminuyendo el uso de corticoides e inmunosupresores.

La terapia biológica se aplica vía subcutánea, cada dos semanas en una primera etapa, y posteriormente cada mes, durante un lapso promedio de tres años, para lograr la remisión de la enfermedad hasta por cinco años.