La llegada del portaviones USS Gerald R. Ford al área de operaciones del Comando Sur de Estados Unidos ha desatado una nueva ola de rumores de que el presidente Donald Trump estaría por ordenar una invasión a Venezuela. Sin embargo, aunque un ataque aéreo relámpago es muy posible, una invasión militar de Estados Unidos es menos probable hoy que hace dos semanas.
¿El motivo? La política interna estadounidense. La aplastante derrota del Partido Republicano de Trump en las elecciones estatales y locales del 4 de noviembre obligará a Trump a concentrarse más en asuntos internos, y a dejar de lado cualquier plan de involucrarse en un conflicto extranjero potencialmente prolongado.
Las contundentes victorias demócratas en las elecciones a gobernador de Nueva Jersey y Virginia, además de otras contiendas a nivel nacional, fueron un golpe duro para el partido de Trump. Los candidatos a los que apoyó no solo perdieron algunas elecciones, sino prácticamente todas.
El propio Trump admitió que fue una mala noche para el Partido Republicano. Las encuestas de boca de urna mostraron que se trató de un voto de castigo al presidente por el aumento del costo de vida.
Ahora, incluso figuras clave del propio movimiento MAGA de Trump exigen que el presidente le dedique menos tiempo a la política exterior, y más a solucionar los problemas en casa.
“La Casa Blanca va a centrarse más en la política nacional”, declaró el exestratega de Trump, Steve Bannon, al portal Politico pocas horas después de las elecciones del 4 de noviembre. Bannon dijo que “pasar tanto tiempo en Oriente Medio, pasar tanto tiempo en Ucrania” perjudicó políticamente al presidente.
Lo que nos trae de regreso a Venezuela. No hay duda de que la llegada del portaaviones USS Ford a un lugar más cercano a Venezuela significa una escalada en la presión militar de Trump sobre los cárteles de la droga y el dictador venezolano Nicolás Maduro, a quien el Gobierno estadounidense ha declarado oficialmente “narcoterrorista”.
El portaaviones se sumará a una flotilla de al menos ocho buques de guerra y más de 10,000 soldados que Trump ha enviado al Caribe. La fuerza naval estadounidense ya ha hundido al menos 19 embarcaciones de presuntos narcotraficantes, causando la muerte de 76 personas, según el Departamento de Defensa.
Semejante despliegue militar ya es demasiado grande —y costoso— como para que Trump dé marcha atrás sin disparar un solo tiro contra un objetivo en Venezuela, según me dicen expertos militares estadounidenses.
Pero el escenario más probable no es una invasión terrestre en gran escala para derrocar a Maduro —como la invasión estadounidense de Panamá en 1989 que derrocó al difunto dictador Manuel A. Noriega—, sino un ataque aéreo relámpago contra un laboratorio de drogas o una instalación militar.
El exjefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante retirado James Stavridis, me dijo en una extensa entrevista que factores internos estadounidenses, como el voto anti-Trump en las elecciones del 4 de noviembre, han reducido significativamente sus expectativas de una invasión masiva a Venezuela.
“La inestabilidad interna aquí en Estados Unidos está desviando la atención de la situación en el sur”, me dijo. Stavridis agregó que cuanto más tiempo permanezca el USS Ford en el Caribe sin entrar en acción, mayor será la probabilidad de que lo redirijan a otra parte del mundo.
“Solo tenemos 11 portaaviones de este tipo en toda la Armada de Estados Unidos, y un tercio de ellos suele estar en mantenimiento”, me comentó Stavridis. “Es un recurso muy valioso. Si no lo vas a utilizar, lo trasladas a otro lugar”.
En definitiva, la llegada del USS Ford ha aumentado las probabilidades de un ataque estadounidense.
Pero tras la derrota del partido de Trump en las elecciones del 4 de noviembre, lo más probable es que se trate de un ataque rápido con drones o misiles Tomahawk como el reciente bombardeo de Estados Unidos a la base de enriquecimiento de uranio de Fordo en Irán.
O sea, un ataque aéreo relámpago que Trump podría tratar de vender como una demostración de fuerza, tuitear al respecto, y pasar a otra cosa.
