Arquitecto mexicano construye viviendas ecológicas en la Antártida

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Fotografía cedida por la Oficina de Comunicaciones de la Universidad de Colorado en Denver donde aparece el arquitecto mexicano Filimon "Fili" Álvarez (i) mientras trabaja en el techo de una vivienda junto a dos de sus compañeros, durante la reciente campaña de construcción de viviendas para la Estación Científica de Campo que opera la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos en Cabo Shirreff, en el extremo norte de la Península Juan Pablo II, en el oeste de la Antártida. EFE/University of Colorado Denver /

Denver (CO), (EFE).- El arquitecto mexicano Filimon Álvarez está feliz del “desafío” que significa para él participar en un proyecto de diseño y construcción de viviendas en la Antártida, el cual considera que es tan exigente física y mentalmente como sus ocho años de combate como infante de marina en Estados Unidos.
Álvarez es el único latino y la única persona hispanohablante en el grupo de científicos, diseñadores y arquitectos de este proyecto que se lleva a cabo en Cabo Shirreff, en la Antártida.
“Me emociona ser parte de un equipo que enfrenta un desafío tan extraordinario”, comentó Álvarez, que además ha servido de traductor durante la parada del equipo en Chile.
El equipo construye las casas en Colorado (EE.UU.) y luego las desmantela para transportarlas a la Antártida durante el verano austral, para ensamblarlas de nuevo allí.
Se trata de viviendas para la Estación Científica de Campo que opera la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos.
“Ese proyecto es verdaderamente excepcional y único debido a su cliente (NOAA) y su ubicación: un área remota del mundo que pocas personas han visitado”, indicó el mexicano.
“Es un desafío único que sucede una sola vez en la vida”, enfatizó.
Álvarez contó que su anterior experiencia como marine de Estados Unidos, que lo llevó a combatir “en diferentes países, en condiciones difíciles y con recursos limitados”, lo preparó para trabajar en el “ambiente remoto” de Cabo Shirreff, en el extremo norte de la Península Juan Pablo II, en el oeste de la Antártida.
Agregó, sin embargo, que también tuvo que “redescubrir” sus habilidades y destrezas para desempeñarse en ese contexto.
“Un día, una tormenta de nieve nos tomó desprevenidos y el nivel de las condiciones climáticas fue más difícil de lo que se esperaba. Transportar todos los materiales al sitio fue particularmente desafiante, lo que resaltó la importancia de la preparación temprana y de tener personas con diferentes áreas de experiencia en el equipo”, compartió.
“La camaradería y el trabajo en equipo son fundamentales para el éxito”, recalcó el mexicano.
Subrayó que las viviendas ecológicas para los científicos de la NOAA no son “un pequeño proyecto” sino “una pequeña contribución a un gran proyecto que tendrá un importante impacto en nuestro entendimiento de nuestro planeta y sus complejos ecosistemas”.

MÁS QUE OBRERO
Álvarez, nacido en Zacatecas y padre de dos hijos pequeños, llegó Colorado con la esperanza de “cumplir el sueño americano”. Pero tras completar sus estudios secundarios, su única opción en aquel momento fue enrolarse con los Marines, primero en Irak y después en Afganistán.
“En 2014 dejé las fuerzas armadas porque mi padre se enfermó. Quedé a cargo de la casa y quise pasar tiempo con mi familia. Decidí hacer algo con mi vida más allá de ser sólo el estereotípico obrero de construcción, así que me inscribí en la universidad”, recordó.
“Comencé en un colegio comunitario y luego continué en la Universidad de Colorado (CU) en Denver. Fui el primero de mi familia en graduarme de la universidad, un importante logro del que me siento increíblemente orgulloso”, agregó.
Álvarez eventualmente completó su maestría en arquitectura en CU Denver y luego fue contratado por la firma Alan Ford Architects, especializándose en edificios para escuelas.
Además, participó en el Taller de Edificación de Colorado (dependiente de CU Denver), un programa de certificación de diseño y construcción enfocado en “construir edificios para comunidades necesitadas”. En ese marco, Álvarez diseñó de cabañas para zonas rurales en Nuevo México.
El año pasado, por esa experiencia, fue seleccionado para el proyecto de construcción de viviendas sostenibles en la Antártida.
El mexicano ve su carrera como una contribución a la creación de escuelas como espacios creativos e innovadores, y de viviendas que hagan una diferencia en la vida de las personas. De esa manera, dijo, inspirará con su ejemplo, a sus propios hijos a que ellos sigan sus sueños.
Pero advirtió de que más allá de cuán importante resulte construir escuelas en Denver, cabañas en Nuevo México o viviendas en la Antártida, lo que realmente se debe construir son “conexiones significativas y amistades con otras personas”, especialmente con aquellos que “nos empujan hasta nuestros límites y nos impulsan a ser excelentes en todos los aspectos de nuestro trabajo”.

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