‘Checo’ se corona Rey de Azerbaiyán

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Baku (Azerbaiyán).- El mexicano Sergio Pérez (Red Bull) festeja su victoria en el Gran Premio de Azerbaiyán, el cuarto del Mundial de Fórmula Uno, que ganó en Baku. EFE/EPA/ALI HAIDER

El mexicano Sergio Pérez (Red Bull) ganó, con toda una lección de pilotaje, el Gran Premio de Azerbaiyán, el cuarto del Mundial de Fórmula Uno, disputado en el circuito urbano de Baku; donde relegó al segundo y al tercer puesto a su compañero, el neerlandés Max Verstappen -que sigue líder del campeonato-, y al monegasco Charles Leclerc, que logró el primer podio del año para Ferrari, respectivamente.
‘Checo’, nacido hace 33 años en Guadalajara (Jalisco), logró su sexta victoria desde que corre en la F1, la segunda del año -después de la Arabia Saudí- y la segunda en Baku. Donde había ganado en 2021, en una pista en la que, en las siete ediciones en las que albergó un Gran Premio, ha subido cinco veces al podio; esta vez al dominar una prueba que los españoles Fernando Alonso (Aston Martin) y Carlos Sainz (Ferrari) concluyeron en cuarta y quinta posición, respectivamente.
Pérez, no sólo mantuvo su romance con la capital azerbaiyana; donde el sábado también había ganado la primera de las seis pruebas sprint que se disputarán esta temporada -las otras tendrán lugar en Austria, Bélgica, Qatar, Estados Unidos y Brasil-. El bravo piloto tapatío demostró que, con ese coche, puede aspirar a ganar el Mundial; en el que sigue segundo, pero ahora con 87 puntos: sólo seis menos que ‘Mad Max’. Y de momento, dejó bien clara una cosa: que, en el ámbito de la Fórmula Uno, es él; y sólo él, el auténtico Rey de Azerbaiyán.
Sergio había logrado su primera victoria en la Fórmula Uno en 2020, con Racing Point, en el Gran Premio de Sakhir: nomenclatura -la del circuito- con la que Baréin ‘dobló’ en el calendario del Mundial de la pandemia del covid-19.
Ya con Red Bull obtuvo su segundo triunfo, un año después, en la pista en la que volvió a brillar este domingo. Y a partir de ese momento, comenzó a sacarse el doctorado en circuitos urbanos. El año pasado ganó en Mónaco y en (la carrera nocturna de) Singapur; y en lo que va de 2023 cuenta éxitos en Yeda (Arabia Saudí) y el de este domingo en la capital de la antigua república soviética. En la que, sin duda, es su pista talismán.
Leclerc salía primero, después de que en la calificación del viernes -en el formato recién estrenado- firmase su decimonovena ‘pole’ en la F1, la primera del año y la tercera (seguida) a orillas del Mar Caspio. A su lado, en primera fila, Verstappen; y detrás, en la segunda, ‘Checo’, ganador de la carrera reducida del sábado, un formato que no gusta a todos; y del que se quejaron, a pesar de que ‘Mad Max’ fue segundo, los dos pilotos de Red Bull.
Carlos arrancaba cuarto, al lado del mexicano. Y Fernando -que perseguía su cuarto podio seguido y se quedó- lo hizo desde la tercera fila, en la que lo acompañaba (79 años, sumando la edad de ambos) el séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que perdería dos plazas y acabaría séptimo.
El canadiense Lance Stroll, el nuevo compañero de Alonso -que acabó séptimo-, partía noveno, por detrás del inglés Lando Norris (McLaren) y del japonés Yuki Tsunoda, que lo hicieron desde la cuarta hilera y concluyeron la carrera en los últimos dos puestos que otorgaban puntos: el noveno y el décimo.
El francés Esteban Ocon (Alpine) y el alemán Nico Hülkenberg (Haas), que salieron desde el ‘pit lane’, y el neerlandés Nyck de Vries (Alpha Tauri), el último de los que lo hicieron desde la parrilla, fueron los únicos en salir con el neumático duro. El resto lo hizo con el compuesto medio.
Stroll fue el que mejor salió, avanzando dos plazas para colocarse séptimo, por detrás de Fernando, en unos primeros compases en los que, por delante, todos mantuvieron sus posiciones; hasta que, nada más abrir el DRS, en la primera de las 20 curvas de la cuarta vuelta, ‘Mad Max’ superó, sin despeinarse, a Leclerc. Al que pasó, dos giros más adelante y en casi idéntica zona, ‘Checo’.
El canadiense anunciaba a su equipo, por comunicación interna, que no iba a atacar a su compañero el doble campeón mundial asturiano; que, con un auténtico ordenador en la cabeza, estudiaba el desgaste de los neumáticos de Hamilton, en espera de que éstos pudiesen llegar a deteriorarse aún más.
En la décima de las 51 vueltas, pararon Sir Lewis y Norris -para instalar los duros-; un giro antes de que lo hiciese el nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos.
No se descartaban ni banderas rojas, ni coche de seguridad en Baku. Al final, sólo hubo un ‘safety car’; y Verstappen tuvo la (relativa) mala suerte del momento en el que se decretó la entrada del mismo, por el accidente de De Vries. Todos entraron a garajes en esos momentos, a poner el duro; y ‘Checo’ se convirtió en líder, por delante de Leclerc, al que no tardó en pasar, poco después de la relanzada, ‘Mad Max’.
A partir de ahí, nada inquietó a los muy dominantes Red Bull.
Alonso tampoco perdió el tiempo y adelantó, en otra brillante acción -con neumáticos fríos, nada más reanudarse la carrera-, a Sainz; para ponerse cuarto tras la reanudación de una carrera que entraba en territorio virgen: con todos rodando con el compuesto que nadie había probado este fin de semana, que estrenaba un formato que reduce a un solo entrenamiento libre todas las probaturas, centradas en las dos cronos y en la carrera sprint.
‘Checo’ comandaba por delante de su compañero, con Alonso en la cuarta posición; entre los dos Ferrari de Leclerc y Sainz; que rodaba, a su vez, entre los Aston Martin del genial piloto asturiano y de Stroll. Que cometió un error y en la vigésima vuelta fue superado por Hamilton.
El bravo piloto tapatío, pulcro integrante de una estructura que tiende a favorecer a su compañero europeo, no podía dejar escapar una clara oportunidad de volver a hacer sonar el himno mexicano en la división de honor del automovilismo.
A quince giros para meta, ‘Checo’ aventajaba en dos segundos y medio al neerlandés, con Leclerc a más de 16 segundos del anterior, circulando tercero; después de haber superado los sustos que le había provocado el genial piloto asturiano; que sigue tercero -y primero entre los ‘no extraterrestres’- en el Mundial. Ahora con 60 puntos, 33 menos que Verstappen; que supera en sólo seis al crack mexicano.
Sainz era quinto, seriamente amenazado por Hamilton, al que logró mantener a raya para rodar hasta meta en esa posición.
El madrileño es quinto en el certamen, con 34 unidades: catorce menos que el espectacular y extravagante de Stevenage; pero con seis de ventaja respecto a su compañero monegasco, que este fin de semana ascendió del décimo al sexto y suma los mismos puntos que el otro Mercedes, el de George Russell. Que arrancó undécimo, acabó octavo y que, con parada gratis, entró en box para cambiar neumáticos justo al final, para marcar la vuelta rápida en el último giro, en el que le arrebató ese punto extra a Verstappen.
La Fórmula Uno se desplaza ahora toda prisa a Miami (Florida, EEUU), sede del quinto Gran Premio del año, que se disputará el próximo fin de semana.
Adrian R. Huber

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