Director mexicano Arcadi Palerm reinventa el duelo en “Oliverio y la piscina”

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Fotografía sin fecha de toma, cortesía de Arcadi Palerm, donde se observa un fragmento de la película "Oliverio y la piscina". EFE/Arcadi Palerm/SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA(CRÉDITO OBLIGATORIO)

León (México), (EFE).- El “trance particular” que genera la muerte de un ser querido, en especial el deceso de un padre en la cabeza de un niño, fue plasmado por el director mexicano Arcadi Palerm en “Oliverio y la piscina”, una película en la que reconfigura su propio duelo desde una ficción que reinventa y redime aspectos de la realidad.
“(La trama) viene de la experiencia propia de perder a mi padre, ahí está la semilla, la muerte a mí me llevó a un estado mental distinto, una percepción distinta (…) y esa fue la semilla”, relata Palerm en entrevista con Efe sobre su película, que compite en la selección de largometraje mexicano del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés).
Oliverio, a quien da vida Alejandro Areán, tiene 13 años, es un niño retraído que tiene que lidiar con la insensibilidad de su madre Lily, interpretada por Mónica Huarte, y la inminente separación de sus padres.
Como si eso no fuera suficiente, su padre fallece casi frente a sus ojos.
Tras la impactante pérdida decide dejar todas sus comodidades para vivir su vida en un camastro frente a su piscina, con las cenizas de su padre junto a él.
“La muerte de su padre lo obliga a reflexionar sobre su propia mortandad y su condición de mortal, los niños muchas veces, y los adultos también, vamos por la vida como si fuéramos inmortales y él es obligado a reflexionar, pensar al respecto, sentir culpas, procesarlas y culpar a otros”, expone.

UNA HISTORIA DISTINTA
Cuando Palerm perdió a su padre estaba en sus 20. “No cuento mi historia (en la película), hago una construcción con personajes que sí, varios están basados en familiares míos pero jugando roles distintos”, menciona.
La madre frívola, por ejemplo, está inspirada en su abuela materna, que él dice que no tuvo que “padecerla” pero su padre sí, y en el filme el director le dio la oportunidad que la señora no tuvo en vida de redimirse.
“Lily se redime y va a ser consciente de lo que ella está haciendo mal, va a empezar a cambiar su conducta y acercarse a Oliverio. Mi abuela no tuvo la oportunidad, ella no la tomó y también creo que de eso se trata la ficción, de corregir cosas”, cuenta Palerm.

UN REENCUENTRO Y UN CAMINO
Al cineasta le gusta coescribir y por eso “Oliverio y su piscina” fue trabajada junto a Gibrán Portela.
Ahora, también prepara una historia junto a Huarte, una actriz a quien admira y a quien le tiene un cariño particular, pues lo ha acompañado en su carrera tras haber protagonizado su primer cortometraje “Mantra” (2005).
“Nos llevamos súper bien, nos comunicamos muy bien y al terminar nos quedamos con ganas de seguir haciendo cosas juntos y escribimos. Es un trabajo que nada que ver con ‘Oliverio’, se acerca por momentos al género de terror”, adelanta.
Entre los proyectos en el tintero, también está una historia inspirada en la infancia de su esposa, pero reinventada como la historia de Lily y Oliverio.
“Los guiones que tengo escritos ninguno tiene los referentes tan cercanos como ‘Oliverio y la piscina’, esta fue ideal para una ópera prima, para acercarme desde un universo que conocía y que podía comunicar bien, pero lo que viene nada se acerca”, finaliza.

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