Hay indicios de que la guerra comercial de Trump ya está teniendo un impacto político en México, Brasil, Ucrania, Australia y otros países.
Irónicamente, hace apenas unos meses, muchos pronosticaban que la victoria de Trump en noviembre daría impulso a una ola mundial de líderes de derecha
Sin embargo, en Canadá vimos lo contrario: el creciente sentimiento anti-Trump ayudó al Partido Liberal, de centro-izquierda, y provocó la derrota del Partido Conservador.
Carney, de 60 años, obtuvo una victoria inesperada en la elección del lunes 28 de abril, en gran medida gracias a su campaña como el “candidato anti-Trump”.
En enero, su Partido Liberal estaba a unos 20 puntos porcentuales por debajo del Partido Conservador en las encuestas, pero los números se revirtieron cuando Trump anunció sus aranceles y dijo que quería convertir a Canadá en un estado estadounidense.
En su discurso de aceptación, Carney dijo que “El presidente Trump intenta quebrarnos para poder controlarnos. Eso nunca pasará”.
Con Carney, Canadá buscará estrechar lazos comerciales con los 27 países de la Unión Europea, Asia y América Latina, para reducir su enorme dependencia de Estados Unidos.
En México, la popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum se ha disparado al 80%. Los aranceles del 25% de Trump a los productos mexicanos y su decisión de renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” han llevado a muchos mexicanos a apoyarla.
El encuestador mexicano Francisco Abundis me comentó que los mexicanos se están uniendo en torno a su bandera y a su presidente ante los ataques de Trump.
Si bien Sheinbaum se enorgullece de haber mantenido “la cabeza fría” y ha sido menos confrontacional que Carney en sus interacciones con Trump, no ha rehuido defender a su país. “Desde que Trump asumió el cargo el 20 de enero, la popularidad de la presidenta ha subido”, me dijo Abundis. “Tener una amenaza externa suele aumentar la popularidad de los presidentes”.
En efecto, antes de la victoria electoral de Trump, la prensa mexicana estaba enfocada en los planes de la presidenta de controlar el poder judicial y otras instituciones independientes.
Sin embargo, todos estos temas han sido eclipsados por los titulares de los ataques de Trump a México.
En Brasil, que celebrará elecciones presidenciales el próximo año, los aranceles de Trump han tenido menos impacto que en México o Canadá, porque no perjudican tanto al país sudamericano.
Aun así, su guerra comercial ha alimentado el sentimiento anti-Trump, lo que podría tener un impacto electoral.
Sergio Fausto, un politólogo que dirige la Fundación Fernando Henrique Cardoso de Brasil, me comentó que “hasta hace poco, la cercanía de (el expresidente brasileño Jair) Bolsonaro con Trump era una ventaja para él. Ya no es así”.
Añadió que quienquiera que sea el candidato de derecha en 2026 probablemente buscará distanciarse un tanto de Trump.
En Australia, el Partido Laborista del primer ministro Anthony Albanese ha subido en las encuestas y podría ganar las elecciones del 3 de mayo, en parte por la firme postura de Albanese contra los aranceles de Trump.
Algo similar ocurrió en Ucrania, donde la popularidad del presidente Volodímir Zelenski se disparó a un 67% después de que Trump y varios miembros de su gabinete lo atacaran injustamente frente a los periodistas recientemente en la Casa Blanca.
Es demasiado pronto para saber si los candidatos de centroizquierda de todo el mundo se beneficiarán de una ola de repudio a Trump, como ocurrió esta semana en Canadá.
Eso no ocurrió en las elecciones ecuatorianas del 13 de abril. Daniel Noboa, un aliado de Trump, ganó con facilidad, aunque la delincuencia – y no Trump ni sus tarifas – fue el tema central de esa elección.
Pero los casos de Canadá y México, a pesar de sus diferentes respuestas a la guerra comercial de Trump, sugieren que el presidente de Estados Unidos podría estar convirtiéndose en un dolor de cabeza para los partidos conservadores, y en una bendición para los de centroizquierda.