Según un informe publicado por The Texas Tribune, dos tercios de las personas encarceladas en Texas pasan otro verano sin aire acondicionado, a pesar de los esfuerzos recientes para mejorar las condiciones .
Puntos destacados:
- De los 137 778 reclusos en las prisiones estatales al 30 de junio, aproximadamente 88 000 viven en celdas sin aire acondicionado, mientras que 48 372 cuentan con habitaciones climatizadas, es decir, solo un tercio del total
- Si se mantiene el ritmo actual, se estima que se necesitarían 25 años para acondicionar completamente todas las instalaciones penitenciarias
- El director de la TDCJ, Bryan Collier, considera la instalación de AC como una prioridad, aunque no ha establecido un cronograma firme, citando la necesidad de una ley que autorice más de mil millones de dólares en fondos
- Desde 2023, el estado ha destinado 85 millones USD y este año 118 millones USD adicionales, lo que ha permitido añadir 2 902 “camas frías” y planear 12 827 más en 18 meses
- Aunque el ritmo de instalación se ha duplicado desde 2022, aún solo se han invertido 115,5 millones USD en el sistema desde 2018. Activistas califican este avance como “mínimo”
- En marzo, el juez Pitman declaró que las condiciones térmicas extremas violan la Constitución, señalando que en veranos anteriores al menos 23 reclusos murieron por calor y que hubo 10 muertes solo en 2011
Declaraciones oficiales
- Amite Dominick, fundadora de Texas Prisons Community Advocates:
“Durante este verano de triple dígito, aproximadamente 88 000 personas en las prisiones de Texas no tienen aire acondicionado”
- Juez Robert Pitman (marzo):
“TDCJ no tiene un cronograma concreto para instalar aire acondicionado permanente o temporal en las áreas de vida”, advirtió, enfatizando que en el ritmo actual se tomarían décadas
Resumen
A pesar de los fondos emergentes y un aumento en la construcción de “camas frías”, el proceso de climatización de prisiones avanza lentamente. Sin un mandato legislativo claro ni un cronograma fijo, decenas de miles de reclusos siguen expuestos a olas de calor extremo, lo que representa un grave riesgo para su salud y plantea desafíos constitucionales.