Maribel Hastings
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) instó a los indocumentados a autodeportarse utilizando la icónica imagen de E.T., el extraterrestre, una película de Steven Spielberg de 1982 que irónicamente llevaba un mensaje de aceptación y empatía.
Pero el despliegue de crueldad es de anticiparse en un gobierno que aterroriza inmigrantes con su cruzada de detenciones y deportaciones, incluyendo los detenidos en condiciones deplorables en un centro en los Everglades, Florida, que ellos burlonamente denominan el ‘Alcatraz de los Caimanes.’
“Extranjeros ilegales, sigan el ejemplo de E.T. y LLAMEN A CASA. Si están aquí ilegalmente, váyanse YA, de la manera fácil, utilizando la aplicación CBP Home. Recibirán asistencia para el viaje y una ayuda económica para regresar a su país de origen”, dice el boletín.
La intención es también seguir deshumanizando a los inmigrantes comparándolos con extraterrestres.
Y es que para el gobierno de Trump no se trata únicamente de detener y deportar sino de humillar. Al mejor estilo del presidente, que se crece al denigrar tanto a sus opositores como a sus propios seguidores, su política migratoria se basa precisamente en infligir el mayor daño posible, tal y como lo hizo con la separación de familias en la frontera durante su primer mandato.
Todo está calculado. En este momento la zona cero de su guerra contra los inmigrantes es la ciudad de Los Ángeles. No es por accidente. Stephen Miller, el artífice de la política migratoria de Trump, nació en Santa Mónica, California y su odio hacia los inmigrantes y lograr su deportación parecen ser su misión de vida.
Miller desoye cómo las deportaciones están afectando diversas industrias de nuestra economía como los sectores agrícola, construcción, servicios y hasta el cuido de enfermos y personas mayores. Las ganancias de los negocios también sufren porque el temor hace que los inmigrantes dejen de hacer sus compras. Las detenciones y deportaciones provocan que los inmigrantes dejen de trabajar, de pagar deudas, alquileres, hipotecas, impuestos federales, estatales, locales, y de ventas.
Pero Miller, Trump y el movimiento MAGA culpan a los inmigrantes de todos los males sociales, sobre todo de la criminalidad, aunque estudio tras estudio concluyen que son menos propensos que los estadounidenses a cometer crímenes. Y los acusan de obtener de manera fraudulenta beneficios que no pueden accesar como el Medicaid, Medicare, y el Seguro Social que pagan pero que no pueden recibir.
El peligro es pensar que todo lo que está ocurriendo con los inmigrantes es un asunto aislado y limitado a los indocumentados. No lo es. El asalto al debido proceso de ley, las detenciones indiscriminadas, agentes con rostros cubiertos que no se identifican, detenidos que luego es imposible localizar, la violencia, el uso de perfiles raciales que han llevado a la detención de residentes autorizados y ciudadanos estadounidenses, y la colaboración entre ICE y diversas agencias federales para divulgar y compartir información privada de esos inmigrantes, son apenas la antesala de lo que podría ocurrirnos a todos.
Los tentáculos de ICE han tocado incluso la información confidencial del Servicio de Rentas Internas (IRS) para corroborar nombres y direcciones de indocumentados con órdenes finales de deportación.
Asimismo, la semana pasada la Associated Press reportó que ICE “tendrá acceso a los datos personales de los 79 millones de afiliados a Medicaid en todo el país, incluidas sus direcciones y su origen étnico, con el fin de localizar a los inmigrantes que puedan estar residiendo ilegalmente en Estados Unidos”. El acuerdo no se ha hecho público, informó la agencia.
Con acceso a información confidencial sobre finanzas, impuestos, dirección residencial, e incluso historial médico, ¿alguien realmente cree que el gobierno de Trump se limitará a los indocumentados? Por supuesto que no. Organizaciones e individuos que Trump considere “enemigos” serán los próximos en su lista.
Ahora más que nunca aplica aquello de que “cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”.
Porque con la excusa de las deportaciones masivas el “Gran Hermano” Trump amenaza los derechos y las libertades de todos nosotros.