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Thursday, April 18, 2024

EN SÍNTESIS

Exodo de profesores

La educación en Estados Unidos está con un grave problema:  Los profesores dejan las escuelas, unos anticipando jubilaciones y otros que no tienen los años suficientes para una pensión, renuncian porque encuentran demasiado estresante ser profesor.   Aunque no hay evidencias todavía a nivel mundial, no es osado decir que algo semejante ocurre en el resto del mundo.

La epidemia causó un retroceso en los índices educativos de unos dos años.  Dicho de otra manera, el promedio de educación nacional se disminuyó.   Eso representa un daño de ingresos en la población, demandas de empleos sin suficientes egresados y una disminución del ingreso per cápita que impactará expectativas de crecimiento económico.

Pero no es sólo ese rezago lo que causó la epidemia.  Hubo deserción escolar en la totalidad de los distritos escolares, muchos alumnos que no regresaron a la escuela.  La reanudación de clases recibe a contingentes de alumnos que sufrieron un par de años de pérdida de habilidades de convivencia social, perdieron los hábitos para hacer tareas, hay déficits de atención y los profesores tienen mayores niveles de estrés motivando, enseñando y controlando a los alumnos.  Los directivos escolares, principalmente directores de escuela presionan a los maestros para que sus alumnos tengan un buen rendimiento en pruebas estandarizadas.  Igualmente exigen que los maestros hagan más planes individuales de aprendizaje buscando adaptar métodos y metas a las realidades de cada alumno.  Esto obliga a que los profesores trabajen de 10 a 12 horas diarias.

Una encuesta de enero del presente año por parte de la Asociación Nacional de Educadores de Estados Unidos revela que el 90% de los profesores se siente estresado profesionalmente (burned out).  El 86% reporta que un mayor número de sus colegas dejan el trabajo o aceleran planes de retiro; y que al 80% les parece que las vacantes ocupadas por nuevos profesores tienen funciones y obligaciones adicionales a las de antes de la pandemia.  A estos alarmantes porcentajes se unen otros igualmente preocupantes. El 59% de los profesores afroamericanos y el 56% de profesores latinos planean jubilarse lo antes posible o dejar sus empleos por considerar demasiado estresante su trabajo.  Los profesores blancos con 55% no están distantes de esas cifras.

Los que conocen el tema, siempre han pensado que ser profesor es una profesión con alto nivel de estrés.  Lo que pasa es que actualmente es demasiada la carga extra.  Debe agregarse que el desarrollo de la tecnología es un tema que produce demandas adicionales para los profesores, sobre todo aquellos de mayor edad que empezaron sus carreras cuando la tecnología era casi inexistente o muy rudimentaria.  Actualmente es impensable métodos educativos que no dependan de las computadoras, teléfonos inteligentes, videos en el internet, proyecciones, calificaciones electrónicas, pruebas en línea y plataformas didácticas que representan verdaderos retos de aprendizaje para muchos profesores.  En suma, la producción de nuevos profesores es inferior a las demandas para llenar las vacantes y muchos de los que empiecen se irán pronto.

No hay soluciones fáciles.  Dentro del modelo utilizado, algunas soluciones incluyen: Aumentar los sueldos debido a la inflación mundial y las prestaciones antes de que haya mayores demandas.  Poner programas después de escuela para reducir los rezagos por parte de la pandemia.  Mejorar los programas de enseñanza de inglés para alumnos que lo necesitan.  Aumentar los programas de consejería y programas de apoyo a convivencias sociales, resolución de conflictos, diversidad y tolerancia.

Otras soluciones requieren moverse, aunque sea poco, fuera del modelo actual como: Reestructuraciones que incluyan más especialistas técnicos que ayuden a los profesores con la tecnología.  Utilizar más aprendizaje por cooperación para que los alumnos aprendan unos de otros.  Reducir horas de trabajo.  Modificar los programas de preparación de profesores. Finalmente, ser más agresivos con los programas de comunicación y aprendizaje para padres para que haya más coordinación y cooperación entre los padres de familia y la escuela.

La educación ha sufrido.  Está herida.  Necesita atención.  Políticos, funcionarios y los ciudadanos deben poner sus ojos y subirlo de prioridad en la agenda social.  Las anteriores son sólo algunas de las variables en las fórmulas para resolver esta crisis reportada en Estados Unidos pero que tiene carácter mundial.

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