Por Amanda Sotelo
Es posible que haya pasado de las artes culinarias a la academia, pero Jennifer Guerra, Ph.D., todavía sigue su filosofía: un estudiante debe salir de su salón de clases mejor que cuando entró. Y, eso significa, asegurarse también de que no pase hambre.
Durante al menos una década, Guerra fue conocida como Chef Guerra y como presidente y docente del programa de Artes Culinarias de STC, pero recientemente pasó a ser docente de tiempo completo para la Licenciatura en Ciencias Aplicadas en Liderazgo Organizacional de STC.
La graduada del Instituto Culinario de América se unió a la facultad culinaria de STC después de más de 25 años de experiencia en la industria de restaurantes y fue presentada a la universidad mientras trabajaba en Santa Fe Steakhouse y Republic of the Rio Grande, ambos restaurantes de alta gama en McAllen, Texas.
“Me encanta nuestro programa de Artes Culinarias, mi amor por él y mi amor por la cocina, no se han ido a ninguna parte, acabo de entrar en una nueva temporada en la vida”, dijo Guerra. “Y lo creas o no, nunca tuve la intención de ir a la universidad, y mucho menos convertirme en profesora, pero STC cambió todo eso. Y nunca he mirado atrás”.
Fue STC, dijo Guerra, lo que la inspiró a continuar su educación.
“Hay tanta gente en STC que me inspiró, me motivó a obtener una licenciatura, muchos de los cuales ni siquiera estaban en mi departamento”, dijo. “Pero eso es lo que hace que STC sea tan bueno, se fomenta la educación entre su cuerpo docente y el personal, por lo tanto, una persona como yo, a quien nunca le gustó la escuela, puede encontrar el éxito”.
Guerra se graduó del programa de licenciatura en Liderazgo Organizacional de STC antes de continuar con una maestría en Liderazgo Organizacional y Educación y el año pasado obtuvo un doctorado en Aprendizaje y Cambio Organizacional.
Sin embargo, a lo largo de su viaje educativo, como estudiante e instructora, Guerra descubrió que la inseguridad alimentaria entre los estudiantes universitarios era un problema, y ha sido una causa cercana y querida en su corazón.
Ella dijo que a lo largo de sus años en STC, se ha enfrentado cara a cara con la inseguridad alimentaria, a veces alimentando a los estudiantes que viven fuera de sus automóviles.
“He hecho comidas para estudiantes individuales y para familias enteras. Es un problema real, no sólo a nivel local, sino en todo el país, y juntos espero que podamos encontrar una solución”, dijo Guerra. “En mi oficina, en mi salón de clases, siempre me aseguro de que mi frasco de refrigerios esté lleno, listo para cualquiera que tenga hambre”.
Según un estudio reciente realizado por la Encuesta #RealCollege del Centro HOPE, que es la evaluación más grande y mejor establecida del país sobre las necesidades básicas de los estudiantes, a nivel nacional, el 38% de los estudiantes en universidades de dos años y el 29% de los estudiantes en universidades de cuatro años reportaron experimentar inseguridad alimentaria.
Guerra está trabajando en estrecha colaboración con el capítulo local de Baylor Collaborative on Hunger and Poverty, una organización que conoció durante su tiempo como estudiante de doctorado en la universidad mientras realizaba una investigación para su disertación titulada “Impacto y efectividad de una despensa de alimentos del campus”.
Guerra agregó que espera que al crear una coalición de expertos y combinar esfuerzos con Baylor Collaborative y otras organizaciones que luchan contra el hambre en todo el Valle del Río Grande, aumente la conciencia sobre la inseguridad alimentaria y pueda haber un cambio.
“Mi objetivo es tener un impacto positivo en mi salón de clases y en mi comunidad. Todo lo que hago, lo hago por mis estudiantes… Ellos son nuestros futuros líderes y quienes continuarán con la misión de encontrar una solución a la inseguridad alimentaria, entre otras cosas. Quiero que estos estudiantes salgan de mi salón de clases mejor que cuando llegaron. Somos un campus lleno de expertos que pueden hacer que esto suceda”.