“Los días que no estuve” muestra la fantasía de dejar todo e iniciar de nuevo

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Fotografía sin fecha cedida por Videocine donde se observa un fragmento con el actor Martín Altomaro, de la película "Los días que no estuve". EFE/Videocine/

Ciudad de México,  (EFE).- La fantasía de fingir la propia muerte para empezar de nuevo impulsó el primer largometraje de Samuel Rios y Valles titulado “Los días que no estuve”, que además supuso un proceso catártico de autoreconocimiento.

“(La historia) Nace de una inquietud que todos tenemos: ¿qué pasaría si dejara todo y empezase de nuevo?, y  traté de hacer qué pasa cuando un personaje lo hace”, cuenta en entrevista con Efe Rios y Valles.

Héctor, interpretado por Martín Altomaro, es un famoso comediante de televisión que atraviesa una fuerte crisis personal y profesional, cansado de ser el blanco de burlas del programa en el que trabaja.

Acostumbrado a huir de sus problemas y responsabilidades, el fallecimiento de la madre de su hija le dará la oportunidad de fingir su propia muerte, comenzar de nuevo, pero lastimar a aquellos a quienes en más de una ocasión ha decepcionado.

“¿Bajo qué condiciones podrías tomar esta decisión de me voy y empiezo de cero, aun sabiendo que voy a lastimar a mucha gente?”, se pregunta Ana Valeria Becerril, quien interpreta a Gina, la hija de Héctor, quien ha sufrido las consecuencias de las decisiones de su padre.

Becerril (“Control Z”, 2020) no juzga a Héctor, primero porque tiene claro que “si no hubiera tomado esa decisión no habría una historia que contar” y después porque comprende las situaciones por las que el personaje atraviesa sin juzgarlo.

“Es entrañable y en todas esas decisiones que va tomando lo acompañas y lo entiendes”, afirma la actriz de 24 años.

Además de Becerril, la película cuenta con las actuaciones de Irene Azuela como Sofía, madre de Gina, Sara Casanovas como Elena y José Sefami en el papel de Armando.

“El personaje principal es el que más errores tiene, pero creo que todos los personajes son buenas personas tomando malas decisiones”, asegura el director.

Samuel vivió un proceso catártico durante la realización de su primer largometraje, puesto que asegura que ha sido “un viaje” cambiante a cada paso.

“La historia va cambiando, desde que empiezas el guión, a cuando la filmas y la editas, cambia muchísimo y he tenido aprendizajes de mí mismo que estaban desde el guión pero que no me di cuenta hasta que las vi en pantalla. Decía ‘es que yo hago eso y no me había dado cuenta’, se vuelve un proceso catártico, pero hermoso”, confiesa.

PATERNIDAD AUSENTE, SEGUNDAS Y TERCERAS OPORTUNIDADES

Samuel eligió a Altomaro como protagonista desde que escribía el guión. Para el director el actor que se ha caracterizado más por su trabajo en comedia era perfecto para mostrar los claroscuros de un personaje carismático pero lleno de demonios.

La película no solo expone las malas elecciones que las personas pueden hacer, sino que aborda lo que pasa después de haberlas hecho, y la paternidad ausente y abandono de Gina por parte de Héctor fue la mejor manera de mostrarlo.

“La paternidad claramente es un tema en este país, pero también era reflexionar sobre en qué momento tenemos que hacernos responsables, porque no se trata de tomar una mala decisión y decir, ‘pues ya pasó’, la vida te va a alcanzar y hasta que no lo entiendas puedes estar en un ‘loop’ interminable”, dice Rios y Valles.

Por eso para Becerril, Gina significa “la resiliencia” en persona, pues pese a todas las fallas que tiene su padre, da no una ni dos, sino hasta tres o cuatro nuevas oportunidades.

“(Ella) No se deja caer en su papel de víctima, por sus propios medios ha salido adelante y le dice a Héctor, ‘no te necesito, pero necesito entenderte'”, adelanta.

La película se estrena este jueves en la plataforma por “streaming” de Blim y es, para su director, una buena opción para mostrar su trabajo en tiempos convulsos en los que la gente sigue sin acudir a las salas de cine.

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