Para salvar al rorcual del Golfo de México hay que proteger su presa favorita

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Archivo. EFE/Dave Hunt

Miami, (EFE).- Para salvar de la extinción al rorcual de Rice, un cetáceo endémico del Golfo de México del que solo quedan 50 ejemplares, es necesario proteger al pez que constituye su principal alimento, según una investigación dirigida por científicos de la Florida International University (FIU).
La Balaenoptera ricei o rorcual de Rice come sobre todo un pequeño pez de cardumen llamado Ariomma bondi, según se descubrió en una investigación sobre la especie de mamífero marino descubierta en 2021 que fue publicada en Scientific Reports.
Jeremy Kiszka, autor principal de la investigación, advierte en el ensayo que aunque la presa principal del rorcual de Rice es abundante hoy en día, eso puede cambiar fácilmente en una región tan fuertemente impactada por la gente y la actividad industrial como es el norte del Golfo de México.
“Los rorcuales de Rice necesitan alimentos de alta calidad y si les faltasen, podrían hacerse más vulnerables. Investigaciones previas muestran que estar especializado (en la dieta) te hace más vulnerable, particularmente si la población de tu alimento preferido disminuye”, señala el científico.
Hasta 2021 la ciencia creía que estos cetáceos eran una subespecie del rorcual de Bryde, que está más extendido geográficamente, pero la evidencia genética y anatómica sacó a los científicos de su error.
Los rorcuales de Rice se sumergen a gran profundidad para buscar comida, un esfuerzo que requiere mucha energía.
El pequeño pez Ariomma bondi tiene un alto contenido calórico y además nada en bancos grandes, lo que los convierte en un objetivo más fácil. Cualquiera de estos factores, o quizás ambos, los convierte en una comida ideal para el rorcual de Rice.
“Estos hallazgos de la investigación significan que las ballenas de Rice son más vulnerables de lo que podríamos haber pensado”, dijo el científico marino Mike Heithaus, decano ejecutivo de la Facultad de Artes, Ciencias y Educación de FIU y coautor del estudio.
La investigación comenzó en 2017, lo que significa que el equipo desconocía la distinción de especies que se reveló en 2021.
Además de Kiszka y Heithaus, el equipo de investigación también incluyó a Michelle Caputo, de la Universidad de Rhodes (Sudáfrica); Johanna Vollenweider, de Auke Bay Laboratories en Alaska (EE.UU.), Laura Aichinger Dias, del Servicio Nacional de Pesca Marina (NMFS) de la NOAA y la Universidad de Miami; y Lance Garrison de NMFS.

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