Poniatowska homenajeada por universidad mexicana antes de cumplir los 90 años

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La Secretaria General Norma Rondero (i) y el rector de la Universidad Autónoma Metopolitana José Antonio de los Reyes (d) entregan hoy un reconocimiento a la periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska (c), en la capital mexicana (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez

Ciudad de México, (EFE).- La Premio Cervantes Elena Poniatowska recibió este jueves, a una semana de su cumplir 90 años, un homenaje por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México, acto en el que la escritora se declarsó “profundamente agradecida”.
“Estoy muy conmovida, muy agradecida. En general yo soy la que hago preguntas, las que Dios o el diablo me sugieren, y ahora estoy aquí con ustedes frente a mí (…) Muchas gracias por este homenaje tan precioso”, dijo la también destacada periodista.
El evento, celebrado en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la rectoría de la UAM, ubicada en el sur de la Ciudad de México, fue presidido por el rector general de dicha institución educativa, José Antonio de los Reyes.
Además, estuvieron conversando con Poniatowska la cineasta María del Carmen de Lara, el caricaturista Rafael Barajas “El Fisgón” y el investigador y profesor de la UAM -e hijo de la autora- Emmanuel Haro Poniatowski.
Todos felicitaron a Poniatowska por su 90 cumpleaños pero también por sus 70 años de trayectoria, a los que llega escribiendo y con una elocuencia que le permitió recordar junto a sus compañeros de escenario -a quienes calificó también como “amigos”- numerosas anécdotas.
LA PREGUNTA
Como la autora de “La noche de Tlatelolco: testimonios de historia oral” (1971) mencionó muchas veces a lo largo de su vida, “la calle” y “las preguntas” fueron elementos que formaron su identidad y catapultaron su carrera como periodista y escritora.
“Desde muy joven fui muy preguntona”, confesó Poniatowska (París, 1932), quien ganó el premio Alfaguara en 2001, el Rómulo Gallegos en 2007 y el Biblioteca Breve en 2011, entre muchísimos otros.
A la vez, recordó que cuando llegó a México a los 10 años pasó mucho tiempo en la calle “con los vendedores de naranjas, con los comerciantes” y así aprendió a hablar español.
“Mi conocimiento de México fue a través de las palabras, a través de vendedores ambulantes, gente que me llamaba la atención, porque no los había visto ni en París ni ningún otro lado. Este país era como llegar al Sol, era muy caliente, fue un deslumbramiento”, resaltó.
Y desde entonces hasta sus casi 90 años -que cumple el 19 de mayo- nunca ha dejado de preguntar, especialmente sobre temas de justicia social al abordar estos temas de manera “inevitable” al acercarse a personas que pasaban, de una manera u otra, por dificultades.
“Todo lo que he escrito es una inmensa respuesta a mis preguntas porque toda la vida he preguntado. Todavía pregunto, yo quisiera estar en tu lugar”, le dijo a De Lara, con quien compartió el origen de su interés por entrevistar y relatar la vida de las personas, fueran celebridades -como Diego de Rivera o David Alfaro Siqueiros- o personas anónimas -como lo fue en su momento Rosario Ibarra, una mujer que buscó a su hijo desaparecido gran parte de su vida-.
SU ADMIRADA ROSARIO IBARRA
“La seguí en su camino de mucho dolor, la admiré. Deberíamos ponerle una estatua en el Paseo de la Reforma”, dijo la autora sobre Ibarra, activista de derechos humanos y defensora de los desaparecidos por cuatro décadas fallecida el pasado 16 de abril a los 95 años.
Dos veces candidata a la Presidencia de México, en 1982 y 1988, Ibarra fue madre de Jesús Piedra, miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre, un grupo armado clandestino, y quien fue capturado y desaparecido por la Dirección Federal de Seguridad en la década de 1970.
“Las causas de la calle han sido las que más me han llegado”, terminó Poniatowska.
Después del homenaje, la célebre escritora partió un pastel, como es tradición en México y escuchó cómo los presentes le cantaron “Las Mañanitas”.

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