Revisiones y proyectos

0
418
José Luis B Garza
José Luis B Garza

Por José Luis B. Garza

La reunión que sostuvieron en Washington el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo y el de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, dio como resultado que de alguna forma se tenga una idea de cuándo y cómo podría iniciarse la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) porque, a estas alturas, ya no hay duda de que el Tratado será revisado.

La reunión no había sido posible simplemente porque el alto funcionario estadounidense, designado por el presidente Donal Trump, no había sido confirmado en el puesto por la cámara legislativa encargada de tal función.

La disposición para renegociar el Tratado es innegable por ambas partes y ésta se iniciará dentro de unos cuantos meses y no al final de año como se había especulado previamente.

Lo cierto es que la reunión del viernes anterior ha puesto de manifiesto que no hay duda que los siguientes meses serán cruciales para el destino económico de ambos países, con la especial situación de que en México la revisión del Tlcan ocurrirá precisamente en momentos políticos de grandes decisiones, considerando que antes de que concluya el presente 2017 estará ya en marcha el proceso para seleccionar los candidatos a la Presidencia de la República.

Los términos en que se negocie el Tratado deberán de contribuir a que se estabilice el comercio fronterizo que directamente resiente cualquier cambio en la política económica  de los Estados Unidos, sin mencionar las decisiones y disposiciones migratorias que han causado ya un impacto en el comercio fronterizo estadounidense.

De acuerdo con reportes iniciales, tanto de dependencias oficiales como de entrevistas con representantes del comercio o propietarios de negocios a lo largo de la frontera, los rumores y disposiciones de revisiones migratorias provocaron un descenso en el flujo de consumidores hacia los Estados Unidos procedentes de México que, si bien no han colapsado la economía de esa importante región, sí han mermado su actividad.

Si a lo anterior aunamos la elevación de la cotización del dólar que llegó a estar hasta 22 pesos, aunque actualmente ha cedido considerablemente, se encuentra sobre 20 pesos, no puede menos que ser preocupante lo que ocurra en los siguientes meses.

Pero en el plano local, las autoridades de las ciudades fronterizas de ambos lados de la frontera, particularmente las de la región de Tamaulipas, no dejan de confiar en que el comercio, si bien está resintiendo momentáneamente los efectos de la retórica y disposiciones presidenciales estadounidenses, no sólo recuperará su ritmo sino que se incrementará en los próximos años.

Y lo anterior no es una mera especulación. Se están dando pasos muy concretos para fortalecer la infraestructura y el transporte.

La semana anterior los alcaldes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Laredo, Texas, Enrique Rivas y Pete Sáenz, retornaron de Washington donde estuvieron haciendo diversas gestiones con el fin de lograr la ampliación del puente ferroviario que une a ambas poblaciones. Los ediles confían en que pueden fortalecer las condiciones del importante cruce internacional. Obviamente confían en que el comercio internacional se verá fortalecido.

Otro ejemplo es el del proyecto que promueve el alcalde de Mission, Texas, Norberto “Beto” Salinas, quien conjuntamente con las ciudades de McAllen e Hidalgo, donde fungen como alcaldes Jim Darling y Martín Cepeda, busca construir dos nuevos puentes en un punto fronterizo llamado Madero, en el lado oeste de Mission.

Uno de los puentes sería para automóviles y el otro ferroviario. Salinas ha expresado que el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, le ha brindado su apoyo para la realización de la obra, que en su fase inicial, aclara, sería el puente para vehículos automotrices. Posteriormente se procedería al ferroviario. Se cuenta ya desde hace varios años con el permiso correspondiente para su construcción.

Así es que ante aparentes situaciones de incertidumbre en el plano económico, los caminos no están cerrados para lograr que la prosperidad fronteriza reciba un nuevo impulso.