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Tuesday, April 16, 2024
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Tratamiento con balón fetal para defectos congénitos de los pulmones funciona mejor cuando el cuidado fetal y maternal están altamente coordinados

Credit: Getty Images

Los investigadores del Centro de Terapia Fetal de Johns Hopkins reportan nuevas evidencias de que los fetos con hernia diafragmática congénita grave (HDC), una enfermedad poco frecuente, pero potencialmente mortal que daña los pulmones, experimentan una tasa de éxito significativamente alta con el tratamiento fetal conocido como FETO, si ellos y sus madres reciben una atención coordinada y altamente experimentada en el mismo centro donde trabajan los expertos.

Se publicó un informe sobre los resultados en Obstetrics & Gynecology.

El tratamiento denominado FETO –oclusión traqueal endoluminal fetoscópica (fetoscopic tracheal balloon occlusion, o FETO por sus siglas en inglés)– es un procedimiento de invasión mínima en el que se introduce un fetoscopio a través de la pared abdominal en el útero y luego en la boca del feto para colocar un globo inflable, para bloquear temporalmente la tráquea fetal. El bloqueo permite que los fluidos pulmonares se acumulen detrás del globo, lo que fomenta la expansión de las vías respiratorias y el crecimiento de los pulmones en un esfuerzo por dar a los fetos con HDC grave la oportunidad de tener una función pulmonar suficiente después del nacimiento para llevar una vida normal.

“La causa principal de muerte en los bebés con HDC es que los pulmones no se desarrollan adecuadamente, y no pueden respirar fuera del útero”, explica el Dr. Ahmet Baschat, director del Centro de Terapia Fetal de Johns Hopkins.

Normalmente detectada a través de una ecografía prenatal, la HDC es una afección poco frecuente que obstaculiza el desarrollo de los pulmones, y que afecta a uno de cada 3 000 nacidos vivos. Se caracteriza por la ausencia parcial o completa del diafragma, el músculo que separa el tórax del abdomen, lo que provoca un agujero. El hueco puede permitir que los órganos que suelen estar en el abdomen, como el intestino, el estómago y el hígado, empujen hacia el pecho causando una hernia o un abultamiento, un desplazamiento que deja muy poco espacio para que los pulmones fetales se desarrollen normalmente. Después del nacimiento, el cierre quirúrgico del orificio es posible, pero el daño pulmonar que se ha producido antes del nacimiento puede hacer que esta condición sea mortal.

Para evaluar la viabilidad y el impacto en la salud de las madres y los bebés después de la terapia FETO, los investigadores inscribieron a 14 mujeres, todas ellas pacientes del Centro de Terapia Fetal de Johns Hopkins, entre mayo de 2015 y junio de 2019.

Para el estudio, Baschat y su equipo realizaron con éxito bloqueos de balones FETO en los 14 fetos entre las semanas 26 y 29 de gestación. No se produjeron complicaciones fetales o maternas relacionadas con el procedimiento. El equipo retiró los globos a las 33 semanas de gestación después de una media de 34 días de bloqueo.

Los investigadores dicen que la terapia FETO produjo resultados favorables en los 14 bebés nacidos de las madres del estudio, cuando se realizó en un solo centro médico, donde la vigilancia y el cuidado prenatal y posnatal fueron estrechamente coordinados.

“El FETO se ha estudiado en el pasado, en los Estados Unidos y en el extranjero, en un ensayo aleatorio, un gran estudio de viabilidad y varios estudios más pequeños, y aunque el enfoque general era comparable a nuestro estudio, empleamos una estrategia para reducir al mínimo los posibles contribuyentes al nacimiento prematuro asociado a la ruptura prematura de membranas”, dice Baschat. Algunas de estas estrategias incluían el tratamiento de las madres con progesterona vaginal, evitar la parte inferior del útero al insertar el fetoscopio y el tratamiento agresivo de las contracciones prematuras.

 Una diferencia en el estudio de Johns Hopkins es que el parto de los bebés se produjo en un promedio de 37 semanas de gestación sin partos antes de las 32 semanas, el 7 % de los partos antes de las 34 semanas y el 43 % antes de las 37 semanas de gestación. Esto permitió que los bebés fueran candidatos a la oxigenación por membrana extracorpórea, una técnica avanzada de soporte vital, que puede haber contribuido a la supervivencia de los bebés.

En general, los bebés nacieron unos 30 días después de la retirada del globo. Todos los casos experimentaron un aumento sostenido en el tamaño de los pulmones desde el 23.2 % antes del bloqueo hasta el 46.6 % antes del nacimiento. Las 14 mujeres dieron a luz en el Hospital Johns Hopkins a una edad gestacional media de 39 semanas (con intervalos entre 33-39). Ocho (57 %) dieron a luz a término (mayor o igual que 37 semanas de gestación) después de un parto inducido programado.

La supervivencia infantil en el día 28 fue del 93 %, y la supervivencia total a los 6 meses o el alta hospitalaria fue del 86 %. Todos los bebés tenían ausencia del diafragma en el lado de la hernia y requirieron una reparación quirúrgica de la HDC con un parche, que se realizó en la primera semana de vida. La complicación principal después de la operación en tres de los 14 bebés fue la recurrencia de la hernia debido a las áreas de parche que se desprendían de la pared torácica a medida que los bebés crecían en tamaño.

Se está llevando a cabo un ensayo aleatorio en el que participan centros de terapia fetal de EE.UU. y Europa; sin embargo, los investigadores dicen que quieren esperar a ver esos resultados para decidir los siguientes pasos. Mientras tanto, los investigadores están colaborando con otros especialistas en terapia fetal para investigar qué factores de parametrización en los centros de terapias y qué estrategias de control pueden optimizarse para aplicarlos en otros centros de terapia fetal.

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