Verstappen y Red Bull, en el nombre de Dietrich Mateschitz

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EFE/EPA/GREG NASH

Redacción Deportes, (EFE).- El mejor homenaje al propietario de Red Bull, el empresario austríaco Dietrich Mateschitz, se lo rindieron el neerlandés Max Verstappen y su equipo en el Gran Premio de Estados Unidos el día después de su fallecimiento. Una gran victoria, muy trabajada, que demostró el hambre de triunfo del bicampeón del mundo y que confirmó para su escudería el título de constructores, que se les resistía desde 2013.
Lágrimas de felicidad en Red Bull, pero también de emoción contenida en un fin de semana complicado para ellos desde que la muerte de Mateschitz trascendió minutos antes de la calificación del sábado.
Ni siquiera tener ya el campeonato, el segundo de su carrera, le ha restado apetito a ‘Mad’ Max, que se repuso de un error de su equipo en una parada en boxes y quitó la miel de los labios al británico Lewis Hamilton cuando el heptacampeón rozaba su primer triunfo del año.
Luchó el de Stevenage por la victoria, pero no pudo impedirla. Algo parecido le sucedió al español Fernando Alonso (Alpine) en los últimos metros con el británico Lando Norris (McLaren), que le quitó el sexto puesto después de una carrera de resistencia del asturiano.

GOLPE DURO A CARLOS SAINZ
Carlos Sainz (Ferrari), que había logrado de forma brillante la pole el sábado, y Alonso dialogaron de camino a sus monoplazas, justo antes de la carrera. Hablaban de sensaciones, de la pista, preparados para un Gran Premio que resultó frustrante para el madrileño.
El ‘poleman’ no firmó su mejor salida con neumáticos medios, los mismos que casi todos los monoplazas (únicamente Alpine y Haas montaron duros) y perdió la posición en beneficio de Verstappen en la primera curva, pero lo peor llegó instantes después, cuando el británico George Russell, en su batalla con su compañero Lewis Hamilton, embistió al Ferrari. La carrera de Sainz, definitivamente, se iba al traste. Condujo hasta el garaje y allí acabó estacionado su monoplaza.
Golpe duro para el español, el segundo abandono consecutivo en la primera vuelta, más cruel que el de Japón porque salía desde la primera posición y, aunque daba por favorito a Verstappen, pensaba plantearle más batalla de la que Russell le permitió. Al de Mercedes le metieron cinco segundos de sanción.

VERSTAPPEN AL FRENTE
El campeón avanzó hacia su decimotercera victoria de la temporada para igualar el récord de los alemanes Michael Schumacher y Sebastian Vettel, a los que puede batir.
El viento fue uno de sus mayores obstáculos. Pronto se quejó por radio de lo difícil que resultaba conducir con el aire que azotaba en Austin. En el retrovisor, cada vez más lejos, Hamilton, con Lance Stroll (Aston Martin), detrás del heptacampeón en esos primeros giros de la carrera. Al canadiense no tardaron en pasarle Russell y ‘Checo’ Pérez, que salía desde la novena posición. Ni siquiera haber perdido un ‘endplate’, el extremo lateral, del alerón delantero, le frenó.
El tapatío lideró la carrera tras las primeras paradas de Hamilton y Verstappen, que pasaron a duros. Al neerlandés todo le salió a pedir de boca. Solo tuvo que resistir unos metros a Stroll, se situó detrás de su compañero de equipo y recuperó el liderato.
Por detrás, Leclerc había logrado, sin efectuar paradas, colocarse en la segunda posición provisional, a dos segundos de Verstappen y con cuatro de ventaja sobre Hamilton cuando el finlandés Valtteri Bottas (Alfa Romeo), en la vuelta 17, perdió el control de su monoplaza y se quedó parado en la curva 19, lo que obligó a sacar el coche de seguridad, algo que parecía poco probable en este circuito.

EL VUELO DE ALONSO
Aprovecharon para entrar en boxes los que no habían parado, como Alonso. La carrera se reanudó en la vuelta 21 con Verstappen, Hamilton, Checo y Leclerc en las primeras posiciones, que no variaron. Sí hubo cambios más atrás. Alonso adelantó a Gasly y, cuando estaba saliéndose de la aspiración de Stroll, un movimiento tardío del Aston Martin provocó la colisión que, por suerte, se quedó en susto. El Alpine hizo un caballito, a dos ruedas, pero pudo continuar tras parar en boxes. Al canadiense, que será su compañero de equipo el próximo año, se le acabó la carrera.
De nuevo coche de seguridad en pista y, tras él, sin novedades al frente de la carrera, Pérez y Leclerc emprendieron la batalla por el tercer puesto. Una lucha que se llevó el de Ferrari en el segundo intento, en la vuelta 30.

EL ERROR DE RED BULL
Verstappen seguía quejándose del viento, incómodo. Su distancia con Hamilton se reducía a poco menos de un segundo y medio. El británico intentó el undercut (adelantar la parada) en la 35. Calzó duros. ‘Mad’ Max tenía 21.6 segundos de margen el de Stevenage para efectuar su parada. Entró a continuación que él, pero su paso por el box fue desastroso (11.1 segundos por un problema en la rueda delantera izquierda). Leclerc, que también paró, incluso salió antes que él.
El campeón, enrabietado, superó al monegasco, Checo hizo lo propio con Russell. Múltiples batallas en pista y, entre tanto, el Aston Martin de Vettel estaba al frente. Hasta la vuelta 41, cuando Hamilton le pasó. El alemán se fue al garaje y una parada de 16.8 segundos le hizo perder muchas posiciones (acabó octavo).
La carrera se le hizo larga a Hamilton. Era una contrarreloj para ‘Mad’ Max. El de Red Bull iba a por todas, reduciendo la diferencia a medio segundo por vuelta, hasta ponerse a dos segundos cuando quedaban diez giros y adelantarle a falta de seis tras un pulso como el que vivieron el año pasado en esta misma pista, entonces con el título en juego.
El desenlace fue el mismo. Verstappen, de nuevo líder, estaba apercibido de una sanción por exceder los límites de pista. Hamilton intentó que no se le escapara, pero también se vio amenazado de sanción y arrojó la toalla.
Tras Hamilton, Leclerc, que salía duodécimo, acabó en el podio, por delante de Pérez y de Russell. Atrás, el jabato Fernando Alonso, que había perdido un retrovisor por el camino, no tuvo más remedio que cederle la sexta plaza, la primera de la otra liga, a Lando Norris en el día de Red Bull y el tributo a Dietrich.

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