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Tuesday, November 5, 2024
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EL LABERINTO DE LA EDUCACIÓN: Evaluando a las Naciones

“La educación genera confianza.

La confianza genera esperanza.

La esperanza genera paz.”

CONFUCIO

INTRODUCCIÓN

Recientemente leí un artículo acerca de un destacado educador en el Instituto Tecnológico de Monterrey https://www.infobae.com/educacion/2024/01/30/40-anos-de-trabajo-sostenido-y-el-25-del-pbi-dedicado-a-la-educacion-asi-es-el-milagro-de-singapur/ que al referirse a un modelo futurista educativo trajo a colación el progreso de Singapur basado en su compromiso por grandes metas educativas.  Más allá de describir el modelo y sus beneficios mis ojos se clavaron en un dato que este investigador de origen asiático dice en la entrevista-reportaje que le hicieron, menciona y cito: “El éxito de los logros educativos de Singapur se deben, entre otras cosas, a invertir el 25% del producto interno bruto en educación.”    Con la experiencia de más de medio siglo en esta disciplina me llamó la atención sobre manera.  Mi mejor entendimiento es que eso era altísimo.  No recordaba ninguna nación con una doble cifra.  Me puse a investigar.  Después de más de tres horas haciendo consultas concluí que si yo como “experto” no encontraba una respuesta más precisa y verosímil, qué fácil es engañar a la población en general que normalmente no tiene mucho conocimiento en estos asuntos.

Este artículo presenta un panorama de lo complejo que es evaluar la educación, o sea una especie de boleta de calificación para cada nación.  En este intento les ofrezco a mis lectores elementos esenciales para evaluar el gasto educativo de las naciones y sus rendimientos educativos.

EDUCACIÓN, EDUCACIÓN Y EDUCACIÓN

En otros artículos me he referido a la importancia de la educación.  La he presentado como si fuera una nueva religión civil.  Dicho en corto, nadie en uso de cabales razonamientos está en contra de la educación.  Numerosos estudios prueban que el nivel educativo de una nación y del mundo mismo está relacionado a los niveles democráticos, sociales, económicos, de progreso de convivencia civil, diversidad e imaginación misma.  Por supuesto que existen personas y grupos que argumentan sobre los contenidos, la calidad, la preparación de los maestros, la forma de administrar, el contenido de los libros de texto, los modelos de aprendizaje, métodos de disciplina y mucho más.  Pero decir que alguien esté en contra de la educación, dicha sea la verdad, no existe esa persona.  De manera que concluyamos, la educación es el componente indispensable de todo, para todos, en todos los lugares.

DOS MEDIDAS PARA LA INVERSIÓN EDUCATIVA: PORCENTAJE DEL PIB Y GASTO POR ESTUDIANTE

Siendo tan importante la educación, la inversión educativa de las naciones se mide comúnmente a través de dos indicadores principales:  Gasto público en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) y el cálculo de este dinero dividido entre el número de alumnos en escuelas, lo que se conoce como: Gasto por Estudiante. Este cálculo se puede hacer por niveles de primaria, secundaria, terciario y educación superior.

El primero, el porcentaje del PIB muestra la proporción del gasto público total dedicado a la educación en relación con el tamaño de la economía del país. Es útil para comparar el esfuerzo económico que un país hace en educación en relación con su riqueza.

El segundo, el gasto por estudiante, mide el gasto público y privado por estudiante, ajustado por el poder adquisitivo, en diferentes niveles educativos (primaria, secundaria, terciaria). Proporciona una idea del nivel de recursos invertidos en la educación por cada estudiante.

Estos indicadores son recopilados y publicados por organizaciones internacionales como la UNESCO, la OCDE (a través de su publicación “Education at a Glance”), y el Banco Mundial.

En el segundo caso, el gasto por estudiante es también un dato valioso porque nos permite compararnos con otras naciones.  Es un dato que no es enteramente fiel y representativo de resultados, dado que el costo de vida en las naciones cambia, y por ende los sueldos de profesores también y otros gastos.  De manera que una nación como Estados Unidos gastando $15,500. dólares por estudiante de primaria contra $3,000 de México pareciera una gran diferencia, pero no lo es por las razones establecidas, o sea el nivel de riqueza de cada nación.  Una comparación de México con algún país latinoamericano sería más útil, como comparar a los Estados Unidos con Canadá o Alemania es más justo y elocuente.  Aun así, en todos los casos son datos valiosos para la toma de decisiones de los funcionarios.

LOGROS EDUCATIVOS:  EXÁMENES ESTANDARIZADOS Y TAZAS DE GRADUACIÓN

Los rendimientos y logros educativos se miden a través de una combinación de exámenes estandarizados, tasas de graduación y otros indicadores de resultados educativos.

Por años la educación de cada nación era una caja negra, sin rendición de cuentas o con informes optimistas de número de escuelas, cantidad de estudiantes y otras referencias contaminadas por la política y los gobernantes.  No hace mucho tiempo que bajo presión de organizaciones internacionales surgieron las pruebas estandarizadas internacionales.

Una prueba estandarizada se elabora y administra siguiendo principios generales establecidos en las especificaciones de un examen que mide lo que se quiere medir.  La prueba puede demostrar que tiene un nivel de dificultad estable año tras año, y se puede comparar con otras pruebas diferentes que evalúan lo mismo.  Programas como el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la OCDE, las Tendencias en Estudios Internacionales de Matemáticas y Ciencias (TIMSS), y el Progreso en Lectura (PIRLS) evalúan las competencias de los estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias.  Estos exámenes permiten comparar el rendimiento de los estudiantes en diferentes países.  Solo los países queriendo ocultar la verdadera eficiencia de sus programas se niegan a participar en estas pruebas.

La otra medida para medir los logros educativos son las tasas de graduación y continuación educativa.  Incluyen la proporción de estudiantes que completan niveles educativos específicos primaria, secundaria, terciaria, como se llama a la educación después de secundaria, pero no la educación superior que tiene un índice aparte y son aquellos que continúan con estudios superiores.

Estas tasas pueden indicar el éxito de un sistema educativo en mantener a los estudiantes en la escuela y en guiarlos hacia la finalización de sus estudios. Aunque siempre tienen que tomarse en cuenta con un criterio de relatividad ya que los egresados de un nivel, al no medirse su preparación con pruebas estandarizadas es imposible de hacer comparaciones acertadas. Por ejemplo, ingenieros egresados de Estados Unidos, Alemania, China, México o la India, etc. pueden tener impresionantes diferencias en sus capacidades, aunque todos sean ingenieros.

OTRAS MEDIDAS ÚTILES

Existen otros indicadores de logro educativo como:  tasas de alfabetización, competencias digitales, y habilidades para la vida.  Además, algunos estudios se enfocan en el bienestar de los estudiantes y en factores como la equidad y la inclusión educativa.  Estos datos son utilizados por gobiernos, investigadores y organizaciones internacionales para evaluar y comparar la calidad de los sistemas educativos, identificar áreas de mejora, y desarrollar políticas educativas basadas en evidencias.  La comparación entre naciones a través de estos indicadores permite reconocer buenas prácticas y retos comunes, promoviendo el aprendizaje y la cooperación internacional en materia educativa.

NACIONES TRAMPOSAS

Como todo en la vida, estas prácticas de mediciones e inversiones se pervierten por la política, en el ámbito de las evaluaciones y reportes internacionales sobre educación existe la posibilidad de que los países manipulen o informen falsamente datos, aunque se considera antiético y contraproducente ya que datos educativos fidedignos juegan un papel crucial en la formulación de políticas, la ayuda internacional y las clasificaciones globales.

A continuación, se presentan varias razones por las cuales, y cómo puede ocurrir la manipulación de datos, junto con los mecanismos establecidos para mitigar tales prácticas:

Presión para Rendir Buenas Cuentas: Los países pueden enfrentar presiones internas y externas para demostrar progreso en educación, llevando a algunos a inflar logros o cifras de inversión para atraer ayuda extranjera, inversiones o para mejorar su posición en clasificaciones globales, o simplemente para probarles a los votantes que se está haciendo un buen trabajo educativo.

Falta de Estandarización: Aunque evaluaciones internacionales como PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) buscan proporcionar direcciones, guías y normas para el uso de pruebas estandarizadas, la responsabilidad queda en manos de equipos locales y tanto la aplicación de las pruebas como la recolección de datos con sus reportes pueden llevar a discrepancias, o simplemente ser falsas para presentar sus datos de manera más favorable.

Reporte Falso Directo: Esto implica informar intencionalmente o fabricar datos presentados a organismos internacionales o para consumo doméstico.  Aunque la falsificación directa es rara debido al potencial de exposición y el daño reputacional consecuente, no es imposible.  Las agencias internacionales carecen de personal para hacer inspecciones y revisar aplicaciones, recolección y resultados.  Es un acto de fe, de honor y confianza aceptar como válidos los reportes enviados a las agencias internacionales.

Reporte y Muestreo Selectivo: Los países podrían reportar selectivamente datos o manipular la muestra de estudiantes que realizan evaluaciones internacionales para mejorar sus puntajes promedio. Esto puede incluir excluir segmentos de la población de menor rendimiento o enfocar recursos en estudiantes que tienen más probabilidades de salir bien evaluados. Aunque al reportarlos digan que se hizo a todos los segmentos.

Medidas para Prevenir la Manipulación de Informes: Organizaciones internacionales que supervisan las evaluaciones y recolección de datos educativos, como la UNESCO, la OCDE y el Banco Mundial, implementan varios protocolos para asegurar la precisión y equidad. Estas medidas incluyen protocolos con procedimientos para aplicar las pruebas estandarizadas, monitoreo por terceros, controles estadísticos y, en algunos casos, reevaluaciones, pero carecen de personal y presupuesto para ser más efectivos.

Transparencia y Responsabilidad: Hay un énfasis creciente en la transparencia y responsabilidad en el reporte de datos educativos. La revisión por pares, iniciativas de datos abiertos y un mayor escrutinio por parte de ONGs e investigadores académicos ayudan a disuadir la manipulación al exponer los datos a verificación externa.

Implicaciones Éticas y Prácticas: Éticamente, falsificar datos educativos socava los esfuerzos para abordar desafíos reales en los sistemas educativos. Prácticamente, puede llevar a decisiones políticas y asignación de recursos equivocadas, dañando finalmente a las poblaciones que estos esfuerzos buscan apoyar.

En síntesis, aunque existen mecanismos a través de los cuales los países podrían intentar “engañar” en la presentación de datos educativos, también hay numerosas salvaguardas y consideraciones éticas que trabajan para prevenir tales prácticas. La comunidad internacional continúa refinando y fortaleciendo estos mecanismos para asegurar que los datos educativos reflejen con precisión las realidades del aprendizaje y logros en todo el mundo.

LOS MEJORES

Habiendo explicado lo anterior ya podemos apreciar mejor los logros de Singapur y de otras naciones.  Hasta los últimos datos que pude conseguir en abril de 2023, las naciones con mayor inversión educativa y aquellas con los mejores rendimientos educativos son: Noruega, Islandia, Dinamarca, Suecia y Bélgica.  Estos países nórdicos y europeos suelen destacarse por asignar un alto porcentaje de su PIB a la educación, reflejando un fuerte compromiso con el sector educativo.  Estados Unidos se clasifica en el lugar 27 y México en el 93.

Naciones con Mejores Rendimientos Educativo son: Singapur, Japón, Corea del Sur, Hong Kong (China), y Finlandia.  Estos países se caracterizan por sistemas educativos de alta calidad, con fuertes énfasis en la formación docente, la equidad en el acceso a la educación, y políticas que promueven la excelencia académica, y la educación para toda la vida.  Los Estados Unidos y México se clasifican en los lugares 31 y 51 respectivamente.

CONCLUSIÓN

Es importante notar que los países con la mayor inversión educativa no siempre son los mismos que los países con los mejores rendimientos educativos. Esto subraya que la calidad y eficacia del gasto en educación, junto con factores como la política educativa, la cultura, y el apoyo social, juegan roles críticos en determinar los resultados educativos.  Además, los rankings pueden variar año con año y dependiendo de la fuente de datos.

La complejidad para entender la educación y juzgarla es abrumadora.  Los secretarios de educación de cada estado, de cada nación, sus subsecretarios, inspectores, supervisores y estudiantes de normales, escuelas de educación y universidades pedagógicas deben estar encima de estos criterios sin perderse en la ignominiosa cotidianeidad de rutinas, documentos, sindicatos, problemas con maestros, padres de familia, estudiantes, comunidades, mala publicidad y los diálogos interminables con medios de comunicación.  Al mismo tiempo, son precisamente esas cotidianeidades las que sumadas traen la calidad educativa.

Los padres tienen como mayor tesoro a sus hijos, buscan por ellos, ansían y luchan porque estos tengan la mejor educación posible.  El profesionalismo de directores de escuelas, profesores y otros especialistas debe ser una permanente norma de alta prioridad.  Solo los profesionales entienden estos complejos temas y los saben usar en su obra.

Finalmente, podemos concluir que, dentro de ese laberinto tan complicado para evaluar los esfuerzos educativos de los países, hay otras cosas más sencillas de entender.  Por ejemplo, que el 2.4 de PIB de Singapur, que se traduce en 13.25 billones de dólares destinado a la educación, más que cifras, nos habla que el éxito de Singapur se explica por un compromiso nacional, multipartidista, obsesivo, y cultural en favor de la educación que ahora les permite recoger frutos. La pregunta con muchas respuestas es: ¿por qué no hacen lo mismo muchas otras naciones?

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