“En estos días, me siento como si hicieras un pacto con el diablo cuando entras en este país. Entregas tu pasaporte en el check-in, te sellan, quieres ganar un poco de dinero, empezar…
¡pero quieres volver! ¿Quién querría quedarse? Frío, mojado, miserable; comida terrible, periódicos terribles, ¿quién querría quedarse?
En un lugar donde nunca eres bienvenido, sólo tolerado. Simplemente tolerado.
Como si fueras un animal finalmente entrenado en casa.”
Zadie Smith
HISTORIA DE SIGLOS EMIGRANDO
Los demógrafos dicen que somos cerca de 40 millones de personas de origen mexicano viviendo en los Estados Unidos. Desde antes que se crearan los Estados Unidos como nación, en el sur y el oeste ya había mexicanos. Después de la guerra inventada por los americanos para quedarse con California y anexar más de la mitad de lo que fue México en 1846, siguieron emigrando mexicanos en los siglos XX y lo que va del XXI por distintas razones, principalmente por razones de trabajo y familiares. Actualmente hay mexicanos en cada estado de esta gran nación. Los mexicanos son científicos, trabajadores agrícolas, de la construcción, narcotraficantes, pandilleros, profesores, enfermeras, doctores, abogados, millonarios, astronautas, documentados, indocumentados, artistas, dueños de pequeños negocios, especialistas de todo tipo, políticos y mucho más. Mientras que otras diásporas están diseminadas por todo el mundo, la mexicana en un 95% se encuentra concentrada en los Estados Unidos.
ASIMILACIÓN LENTA Y RETRASADA
Los mexicanos son los emigrantes que más tardan en asimilarse a la cultura americana. De hecho, la primera generación de emigrantes nunca se asimila. Los antropólogos le llaman asimilarse al proceso de dejar la cultura que se trae como emigrado y aceptar la local. Los elementos de asimilación incluyen en primerísimo lugar valores, costumbres y tradiciones, el lenguaje, la comida, la música y el entendimiento de normas y procesos. La primera generación de un emigrado en promedio se adapta hasta un 80% (europeos, asiáticos y otros latinoamericanos). Los mexicanos, en cambio, nos adaptamos en promedio sólo un 15%. Buscamos colonias y áreas para vivir donde se siga hablando español y se sigan cultivando tradiciones y costumbres propias, incluyendo el que haya supermercados y tiendas donde se hable español y se vendan productos mexicanos.
OTROS FACTORES QUE IMPIDEN LA ASIMILACIÓN
Otro de los factores que influyen es que, al emigrar, la mayoría llegan con un nivel de estudios muy bajos; lo que los obliga a trabajar todos los días sin opciones de ir a escuelas, colegios, universidades o estudiar por su cuenta. Muchos de los mexicanos sobreviven apenas el día a día. La proximidad con México y la influencia de nuevos compatriotas que llegan continuamente, se suman para que no haya asimilación o sea más difícil. Y, por si fuera poco, somos muchos y en cualquier parte se encuentran mexicanos con distintos niveles de asimilación.
VIVIENDO EN DESCONFIANZA
El mexicano emigrado sin asimilarse vive en desconfianza porque no tiene los lazos -como el hablar la misma lengua de los locales- que van creando confianza. Se crea lo opuesto al no hacerlo o hablando con limitaciones, hay desconfianza.
DESVENTAJAS DE LA ASIMILACIÓN
El que tarden en asimilarse tiene grandes desventajas puesto que ganan menos; están impedidos de acceder a trabajos mejores; no se pueden defender usando el inglés; son víctimas de fraudes; viven en áreas marginadas; y viven un estatus de residentes de segunda categoría discriminados por la cultura principal. Por ejemplo, los mexicanos que enfrentan un proceso legal en los Estados Unidos, que no hablan inglés, son declarados culpables en casi un 95% o más de los casos.
VENTAJAS PARA MÉXICO POR ASIMILARSE LENTAMENTE
Al mismo tiempo, tardar en asimilarse tiene una gran ventaja: son mexicanos que siguen siendo fundamentalmente mexicanos; les interesa lo que pasa en México; siguen hablando español; ven noticias en este idioma; sienten su mexicanidad como identidad; y lo más importante, envían más remesas -porque hay una correlación directa: entre menor es la asimilación mayor es el envío de remesas.
LA AYUDA ECONÓMICA A MÉXICO DE LOS EMIGRADOS
No son las remesas, más de 50 mil millones de dólares, son, además, cerca de 10 millones en impuestos de consumo y miles de millones en exportaciones de México, fundamentalmente por la demanda de la población mexicana aquí. Eso debería hacer que los mexicanos del sur del Río Bravo reconocieran que somos una gran riqueza para México. Pero no es ése el caso; nos dejan abandonados a nuestra suerte sin darse cuenta de que, con ese abandono, están matando a la gallina de los huevos de oro, ya que asimilados, serán inexistentes las remesas. Como dice el título de este breve ensayo, hay una incomprensión de siglos que cada día se hace más ignominiosa y horripilante.
PROBLEMAS Y MÁS PROBLEMAS CON MÉXICO
Mientras que todos los mexicanos en el exterior ya deberían tener un camino fácil para obtener una credencial de elector y votar, esto sigue siendo un proceso complicado. Las reformas que hemos exigido para que los consulados sean las “Casas de los Mexicanos de la Diáspora”, no se han realizado y los consulados siguen siendo fríos centros burocráticos que expiden papeles; y donde es tan torturante sacar una cita, que ir se convierte en el último recurso por no tener alternativa. Los cónsules carecen de entrenamiento para entender y atender como se merecen los paisanos. En el colmo de los insultos e indiferencias, la actual administración de Andrés Manuel López Obrador se ha negado a reunirse con nuestros grupos para un diálogo urgente que en otras administraciones sí se podía medio tener; en cambio, sí vino a llamar a Trump amigo de los mexicanos, cuando en realidad ninguna figura pública en la historia de los Estados Unidos ha sido tan malvado con los mexicanos como Trump y sus seguidores.
COLOFÓN
En suma, como sostiene el “Laberinto de la Soledad” de Octavio Paz, los mexicanos en Estados Unidos sufrimos doble por la discriminación permanente de aquí y por la incomprensión de allá. Todos los de aquí soñábamos con jubilarnos y regresar a nuestro México. Ahora, los índices de violencia, el desarraigo que por tanto tiempo tuvimos, las dificultades de regresar para los indocumentados, además de las malas experiencias con la delincuencia que muchos de los que regresan encuentran, hacen cambiar las cosas. Los emigrantes mexicanos vivimos sufriendo siglos de incomprensión.
Todo esto tendrá consecuencias, más temprano que tarde para todos los mexicanos.