Los pasos de López

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José Luis B Garza
José Luis B Garza

No es el título de estas líneas de ninguna manera una alusión a la novela de Jorge Ibargüengoitia, de quien muchos disfrutamos no solamente sus libros, sino su columna humorística reproducida en muchos periódicos en los años ochentas.
Con los pasos de López nos queremos referir a la ya más palpable campaña por Tamaulipas del presidente del Movimiento de Renovación Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, con miras a su participación en calidad de candidato a la Presidencia de la República en el cada vez más próximo año de 2018, que parecía estar muy lejano, pero que los 14 meses que nos separan del momento de la elección, con todo lo que previamente implica, nos indica que ya las fuerzas de ese partido, como las de los otros participantes en la inminente contienda, están en plena actividad pre electoral.
Cobra mayor importancia la candidatura de López Obrador, si se le da crédito a los resultados de una encuesta que recién publica el periódico capitalino Excélsior, ya que está siendo considerado como el de mayor probabilidades de triunfo y el más conocido de entre los posibles aspirantes.
Y decimos posibles aspirantes porque en realidad los partidos políticos diferentes a Morena aún están a meses de definir a sus abanderados.
“La ventaja de López Obrador en parte se explica porque sigue siendo el único precandidato conocido por casi todos los electores (95%) y su imagen, aunque controvertida, no es en promedio peor evaluada que la de los aspirantes punteros de otros partidos. La panista Margarita Zavala es identificada por el 68%, pero su imagen se ha deteriorado y divide ahora mucho las opiniones sobre su persona. El dirigente panista, Ricardo Anaya, ya es recordado por la mitad de los electores, mucho más que Rafael Moreno Valle (31%)”, dice en una nota explicativa el medio informativo.
Agrega Excélsior que: “En el caso de los aspirantes priistas, sólo Miguel Ángel Osorio Chong es ampliamente conocido (72%), pero su imagen es poco favorable. Luis Videgaray, Eruviel Ávila y Manlio Fabio Beltrones no pasan de ser identificados por cerca de la mitad de los potenciales votantes”.
Recientemente en Nuevo Laredo, aprovechando el foro que le ofreció uno de los diarios locales, el aspirante moreno tuvo oportunidad de reunirse con numerosos partidarios, algunos de ellos procedentes de otras partes de la entidad.
La ocasión le permitió al aspirante presidencial cruzar a Laredo, Texas, donde ante un centenar de personas (de acuerdo con la cobertura de Laredo Times) se improvisó un mitin en el kiosco de la plaza San Agustín. Ahí López leyó un larguísimo discurso donde tocó aspectos históricos de la fundación de Laredo, para concluir con algunos de sus propósitos de gobierno en caso de que el voto lo favoreciera. No decimos que en caso de que su partido lo nomine, porque eso se da por hecho, es más, para eso lo creó, de acuerdo a sus muy especiales deseos y aspiraciones.
En ambos eventos lo acompañaron la laureada escritora Elena Poniatowska y su esposa, Beatriz Gutiérrez. El ex candidato a gobernador de Tamaulipas de Morena, Héctor Garza, fungió como maestro de ceremonias.
Pero lo que sí ha causado un especial impacto es la reunión que sostuvieron empresarios del sur de Tamaulipas en Tampico, ante quienes el coordinador de la campaña lopezobradorista, Alfonso Romo, expuso las acciones que se realizan y la forma en que los empresarios pueden contribuir a fortalecer la campaña del tabasqueño.
Decimos especial impacto porque entre los empresarios convocados había no algunos, sino muchos, de los favorecidos con contratos y prebendas por gobernantes priístas, es decir, favorecidos por la “mafia del poder” y, de hecho estaban presentes algunos por cuyo perfil, cuando menos hasta esa reunión, se les ubicaba como miembros de esa mafia a la que López Obrador adjudica la corrupción y atraso nacional.
Como se vislumbra, bastará con que esos empresarios y ex miembros de la mafia del poder, beneficiarios de los gobiernos emanados del PRI y del PAN, se sumen a la campaña de Morena para que queden exonerados de la actuación que tanto ha criticado López Obrador y ha sido bandera de su campaña. Una especie de conversión o purificación.
Hay sin duda una cargada de los derrotados políticos priistas y de sus contratistas afines y empresarios confabulados a favor de Andrés Manuel. Debemos decir que hay también una creciente fuerza de simpatizantes de las filas ciudadanas.
Si a esto agregamos la inactividad notoria del PRI en Tamaulipas, por no decir su agonía, podríamos suponer que en sentido contrario a la teoría de que hay un pacto para que el PRI le entregue al PAN la Presidencia de la República, en realidad, cuando menos por lo que se ve en Tamaulipas, parece que hay un pacto para entregarle el poder a Morena, o, para ser preciso, a Andrés Manuel López Obrador.