Washington, (EFE News).- Los católicos, que por tercera vez en la historia de Estados Unidos tienen la opción de votar por un candidato presidencial de su credo, encaran en las elecciones del próximo 3 de noviembre un dilema entre dos asuntos de gran relevancia para su fe: el aborto y la justicia social.
Los católicos conforman la denominación cristiana más numerosa del país y constituyen el 20 % de quienes profesan alguna fe religiosa, pero en su decisión entre el demócrata Joe Biden, un miembro de su iglesia, y el republicano Donald Trump están tan fracturados como cualquier otro bloque de votantes.
La únicas veces en 58 elecciones presidenciales desde 1789 en las cuales los católicos han tenido la oportunidad de votar por un correligionario fueron en 1960, cuando el demócrata John F. Kennedy obtuvo entre 70 % y 80 % de ese respaldo, y en 2004 cuando, por una leve mayoría, apoyaron al republicano George W. Bush en desmedro del demócrata y católico John Kerry.
Según el Centro Pew, 48 % de católicos registrados para votar se identifican como republicanos o se inclinan por ese partido, mientras 47 % se describen como demócratas o favorecen a esa agrupación política.
PANORAMA CON MATICES
Con la noción del “voto católico” persiste la imagen de los latinos como en su gran mayoría católicos, pero los datos dan un panorama con matices.
Los latinos son más del 25 % de la población en California, Nuevo México, Texas, Florida y Nueva York. Pero solo 55 % de los latinos en todo el país se identifican como católicos, con un 22 % de protestantes y un 18 % sin filiación religiosa.
Los católicos blancos se inclinan más en favor del Partido Republicano, en tanto que los católicos afroamericanos y latinos -este último el grupo de crecimiento más rápido dentro de su Iglesia- favorecen al Partido Demócrata.
De acuerdo con una encuesta de la Fundación Hispana de Política de Texas, Biden cuenta con el apoyo de 61 % de los católicos latinos, en comparación con 33 % de respaldo a Trump.
El respaldo religioso fuerte para Trump está afuera del ámbito de la Iglesia Católica, entre las numerosas denominaciones protestantes que conforman el 43 % de los creyentes en EE.UU. Dentro de este segmento, 78 % de los cristianos evangélicos apoyan a Trump, y con fervor.
La gestión tumultuosa de Trump, la pandemia de coronavirus, la crisis económica, la política antiinmigrante y las protestas raciales han acentuado a lo largo del año las divisiones políticas entre los católicos, y a ello se sumó en semanas recientes una vacante en el Tribunal Supremo de Justicia.
La posibilidad de que una mayoría conservadora en el Supremo anule el fallo que en 1973 virtualmente legalizó el aborto en Estados Unidos realza para los católicos un asunto que su iglesia ha priorizado hasta tornarlo en casi prueba de tornasol de la fe.
Todos los otros problemas que encara el país -desempleo, desigualdad económica, vivienda, cuidado de la salud, inmigración, violencia racial- jalan a los católicos a ponderar igualmente un voto acorde a la doctrina social de su iglesia.
DIVERSIDAD DE OPINIONES
La diversidad de opiniones, y el fervor con que rezan en torno a ellas, incluye las guías pastorales que dan sus obispos.
Así, por ejemplo, en una carta a mediados de septiembre, el obispo James Johnson, de Kansas City, Missouri, escribió que “un votante católico haría bien en sopesar la posición de un candidato en cada uno de estos derechos esenciales dados por Dios y que el Gobierno tiene la obligación de proteger, empezando por el derecho a la vida”.
“El derecho del no nacido a la vida es un asunto preeminente porque es fundamental”, añadió.
Pocos días después el obispo Mark Seitz, de El Paso, Texas, publicó un ensayo señalando que “por demasiado tiempo, dentro de la estrategia de ‘asunto único’ para poner fin al aborto, muchos cristianos han hecho, escandalosamente, la vista gorda al derrumbe real de la solidaridad”.
Esto, según Seitz, incluye el haber dejado a un lado “los derechos de los trabajadores y el derecho a votar, el desmantelamiento de los programas sociales de asistencia a los pobres y los enfermos, el racismo y la explotación de los inmigrantes y del ambiente”.
En una entrevista con la revista jesuita America, Greg Smith, director de investigación religiosa en el Centro Pew, dijo que “si se observa un período más largo, lo que podemos decir es que en las elecciones presidenciales recientes, los votantes católicos han oscilado entre candidatos demócratas y republicanos, casi en forma pareja”.
En 2008, 54 % de los votantes católicos apoyaron al demócrata Barack Obama, con 45 % de votos para el republicano John McCain.
En la elección de 2016, 52 % de los católicos apoyaron a Trump en comparación con el 44 % de votos en favor de la demócrata Hillary Clinton.