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Thursday, April 25, 2024
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Mexicanos en el exterior: La gran incomprensión

(Primera parte)

“Son las contradicciones las que hacen crecer al amor.

Son los conflictos los que permiten

que el amor [siga creciendo].”

(Paulo Coelho (modificado por el autor)

INTRODUCCIÓN

En el devenir histórico de la diáspora mexicana, una singular coincidencia existe: los hispanos han vivido en los Estados Unidos siendo discriminados.  En este artículo uso la palabra hispano intercambiable con mexicano, sin dejar de reconocer que hispanos son todos los emigrados o población de origen de México, del Caribe, de Centro y Sudamérica y de Estados Unidos cuyo origen de sus emigrados sean de esas regiones mencionadas.

Mientras que el racismo es un fenómeno universal en este ensayo sólo nos referiremos al racismo en los Estados Unidos orientado hacia los hispanos y el racismo como incomprensión que ejercen los mexicanos viviendo en México, principalmente los políticos y funcionarios, en contra de los mexicanos asentados en Estados Unidos.

SUFREN LOS HISPANOS EL PEOR RACISMO EN LOS ESTADOS UNIDOS

Los abusos, discriminación, agobios, e injusticia que sufren los hispanos que viven en los Estados Unidos han llegado a límites abominables.  Este racismo se compara con las persecuciones que tuvieron los judíos en la Alemania Nazi, los japoneses en los mismos Estados Unidos durante la 2ª. Guerra Mundial, la población de origen africano en los mismos Estados Unidos y otros perseguidos en el mundo por su origen étnico que representan todos estos hechos un bochorno humano imposible de justificar por valores universales.

LA DISCRIMINACIÓN DE LOS MEXICANOS DE ALLÁ CONTRA LOS MEXICANOS DE ACÁ

Mientras que siempre ha existido en los Estados Unidos el racismo en contra de los hispanos, al mismo tiempo la historia ha probado que los de allá al sur del río limítrofe entre las dos naciones nos discriminan a los mexicanos de este lado por diferentes razones.  La situación parece ahora empeorarse en el atribulado México por una condición peligrosa en todos sentidos: una polarización tan virulenta que hace que la población mexicana en los Estados Unidos tradicionalmente discriminada, olvidada, ninguneada, incomprendida y usada por los políticos mexicanos tristemente en estos momentos es doblemente vulnerable porque a la discriminación que sufrimos se agregan los efectos de esa polarización.  Como muchas de las cosas que pasan en México, sentimos aquí en los Estados Unidos un fenómeno parecido si no idéntico, es decir los mexicanos nos polarizamos igual que allá y las consecuencias anticipan ser muy desalentadoras.  Obviamente me refiero en un polo a los que apoyan ciegamente a AMLO y en el otro polo a los que lo reprueban.

MEXICANOS DE ALLÁ Y LOS DE AQUÍ IRREMEDIABLEMENTE INTERDEPENDIENTES

La vida presente y futura de los mexicanos que viven en México es interdependiente con las remesas que se envían de aquí, y las decenas o cientos de otras razones, humanas, familiares, científicas, turísticas, comerciales, educativas, sociológicas, y culturales de los millones de mexicanos allá, y los millones de mexicanos de la diáspora.

EL RACISMO COMO ARMA POLÍTICO-IDEOLÓGICA

Sin embargo, aunque el odioso y racista gobierno trumpista haya terminado, perdura el interminable odio de los republicanos que usan ese racismo como arma política-ideológica contra los hispanos, y todo anticipa que sigue y aumentará porque se convierte en votos para los republicanos.

AMLO NOS HA FALLADO

Las esperanzas que teníamos de la administración de López Obrador se han tornado en dolorosa decepción.  Las dos veces que éste ha venido a Estados Unidos se ha negado a reunirse con grupos mexicanos. Peor aún, los consulados de México en Estados Unidos son ejemplo de instituciones anticuadas, retrógradas, con prácticas arcaicas que se niegan a modernizarse y crean una pesadilla frecuente para muchos de los mexicanos que tenemos obligatoriamente que hacer un trámite como sacar o renovar un pasaporte, o una matrícula consular, o uno de los múltiples servicios que constitucionalmente deben hacerse en estas instituciones, desde repatriar un cuerpo, hasta conseguir un acta de nacimiento.  Mientras que en muchas naciones muchos de esos trámites se hacen directamente del internet, en los consulados mexicanos es una odisea tener éxito y con frecuencia queda la gente más necesitada sin saber qué hacer o a quién acudir.

LOS PROBLEMAS DE LOS CONSULADOS

Simplemente expuesto, las realidades han rebasado la imaginación institucional, burocrática, oficialista, de un sistema consular ideado hace más de un siglo y cuyos elementos siguen intactos y de muchas maneras se han hecho peor.  Por ejemplo, para hacer una cita se tiene que llamar a un número telefónico central que se llama MEXITEL; ese número funciona irregularmente, a veces sí y a veces no, dan citas según la demanda, no cuando el cliente la necesita, sino cuando sus calendarios indiquen disponibilidad y hasta el consulado se lo pueden cambiar, es decir, no el más cerca a donde uno vive sino uno más lejos.  La mayoría de las veces la cita, si se obtiene, es a semanas de distancia.  Al mismo tiempo encuentra uno en el internet oferta de venta de citas más temprano y a los consulados que uno quiera.

Las comunidades, desesperadas de tratos arbitrarios y de estos problemas, se han organizado en grupos de protesta demandando mejores servicios.  Muchos cónsules inteligentes se reúnen con nosotros, explican, escuchan y atienden. Muchos más, quizá la mayoría, se ponen a la defensiva, nos tratan como alborotadores, y no son pocas las situaciones en las que llaman a la policía para que nos desalojen ante una protesta pacífica. Qué ironía que tratando de ayudar nos vean como enemigos.

EN MÉXICO NO ENTIENDEN

Imaginen que la tiendita de un rancho se convirtió en un Walmart, pero la tiendita sigue con las prácticas tradicionales, hay largas colas para entrar, colas para pagar y somos clientes cautivos, no podemos ir a ningún otro lado para resolver nuestros asuntos.  Somos más de 40 millones al contar a los indocumentados.  La cifra exacta es imposible de calcular con precisión; para estos millones existen sólo 50 consulados.  Después de años de pedirlo acaban de anunciar que el 51 estará en Oklahoma; los pobres mexicanos avecindados ahí tenían que viajar cuatro y hasta 6 horas para ir a un consulado.  Nos encontramos esparcidos a lo largo y ancho de la geografía.  La estrategia de México es crear más tienditas de rancho.  Claro que esta metáfora es con fines de capturar la imaginación y reconozco que tiene exageraciones.  Pero imagínense, llamar al famoso MEXITEL, recibir finalmente una cita, ir, hacer cola, que el guardia de la entrada te trate amenazante, y a sentarse sin derecho a utilizar el celular a merced de un personal que es contratado y la verdad, no bien pagado y siguiendo con las verdades, el personal que nos atiende no siempre está bien entrenado.

Cuando hay discrepancia de un acta de nacimiento, una dirección, o un nombre aquello se vuelve un viacrucis.  Nos piden a los paisanos que llamemos a un número del registro civil de la ciudad donde nacimos.  En una ocasión me encontré a una persona en el Consulado de Fresno, después de un mitin donde se habían escuchado discursos enardecidos pidiendo mejor trato.  Don Juan, así se llamaba el paisano, vino, y me dijo con ojos aguados: “Dios los bendiga por lo que hacen, tengo 6 meses de querer sacar mi pasaporte, y el acta de nacimiento dice Juan L. y los papeles que tengo de aquí, sólo dicen Juan sin la “L”.  Me han pedido que llame a este número de Ensenada, para pedir una copia de mi acta de nacimiento.”  Retándome me dice: “llame usted, verá que ahí no es.”  Me pasó su teléfono, llamé viendo el número en una hoja impresa que le habían dado en el consulado; con enojo alguien contesta en el número que llamé diciéndome: “cuántas veces tengo que decirles que éste no es ningún registro civil, es una casa particular, por caridad ya no llamen y corrijan el número.”

En 40 millones potenciales de clientes la cantidad de necesidades y de urgencias varían tanto, pero siguen atendiendo con los procedimientos de la tiendita del rancho. La verdad, en México no sólo no entienden, es peor, no quieren entender.  Atienden los reportes e informes de los cónsules que presentan a sus jefes y a los medios de comunicación donde se presentan como los súper administradores, fieles y abnegados servidores públicos.  Cuando se refieren a las protestas y a las quejas nos juzgan como oportunistas protestando, buscando canonjías y privilegios.

LA DIVERSIDAD

Los mexicanos en Estados Unidos y Canadá, representamos todas las ideologías.  La diversidad y riqueza de los mexicanos en la diáspora es inmensa y desconocida.  Los hay ricos y pobres, los documentados e indocumentados, los hay educados y con escasa educación, los hay monolingües, y políglotas, los hay traidores, y leales, hay bandidos y decentes, hay oportunistas, y estoicos líderes bien intencionados.

Somos un grupo tan amplio que tenemos diversidad religiosa, antropológica, étnica, económica, educativa y profesional.  Muchos están casados con otras etnias, y son multi-raciales, algunos son abogados, algunos delincuentes y muchos son prisioneros.  En palabras más, palabras menos, es una nación diversa, con más población que Aguascalientes, Baja California Norte y Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Durango y Guanajuato juntos. El potencial de esta especie de nación es enorme: económica, social, cultural, artística, gastronómica, lingüística, científica, empresarial y de todos tipos. Los consulados podrían ayudar a tomar ventaja de esta riqueza pero no lo hacen.

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