Palma, (EFE).- Ver el fútbol en Son Moix es todo un espectáculo. Venden siete paquetes que vertebran el deporte y el entretenimiento. Uno de sus productos top, el ‘Footprint Tunnel Experience’, engancha a niños y mayores. Saludan a los jugadores antes de los partidos antes de saltar al césped. Alfonso Diaz, director gerente de negocios del Mallorca, revela a EFE esta exitosa iniciativa.
Los accionistas estadounidenses del Mallorca, la mayoría de ellos vinculados a la NBA, han apostado por crear nuevos espacios de diversión y espectáculos en los palcos privados del reformado estadio Son Moix de la capital balear.
El objetivo es que los invitados “vean el fútbol de otra manera”, según señala el club balear al informar de los proyectos puestos en marcha en la tercera temporada consecutiva en LaLigaEA Sports.
La iniciativa llevada a cabo por empresarios con amplio conocimiento del negocio que genera aunar el deporte con actividades paralelas, como Andy Kohlberg, ex tenista profesional, dueño y presidente del Mallorca, o Steve Kerr, seleccionador de baloncesto de Estados Unidos y entrenador de los Golden State Warriors, fue presentada a los medios de comunicación días atrás por Alfonso Díaz, director de Negocios del club balear.
Para ello ofrecen “una gastronomía de alta calidad, un servicio dedicado y un entretenimiento divertido antes y después del partido”, recalcó Díaz.
La ampliación de la oferta VIP y ‘hospitality’ se desarrolla a través de siete paquetes, todos ellos bajo la denominación del idioma nativo de los propietarios: Footprint Tunnel Experience; Premium Seats – Player Walk Out; The Premium Club; Stadium Restaurant Experience; Presidential Lounge; VIP Box North; y VIP Box West.
La más novedosa es el Footprint Tunnel Experience, que supone “algo único en el fútbol”, subraya el Mallorca, porque ofrece al aficionado “la posibilidad de estar justo al lado de los banquillos, viendo el partido a escasos metros y siendo testigos de cómo los entrenadores y jugadores suplentes viven las acciones que se desarrollan en el terreno de juego”.
Díaz explicó a los periodistas en el recorrido por las instalaciones que ese espacio ‘hospitality’ “combina muchas cosas que lo hacen inmersivo e innovador en un estadio que, una vez concluidas las obras de remodelación (enero de 2024) será “del siglo veintiuno”.
“Por un lado, está la ubicación de los banquillos que tienen los aficionados que adquieren esta experiencia. Además de esta localización, el usuario del Footprint Tunnel Experience puede acceder al túnel de vestuarios en los que desfilan los protagonistas del partido gracias a un amplio espacio, muy cómodo, que tienen unas grandes cristaleras que permiten ver todo lo que pasa”, añadió el directivo.
Los propietarios del Mallorca, con la ayuda de los fondos aportados por LaLiga Impulso, han invertido unos 20 millones de euros en la reforma del estadio de propiedad municipal, construido para la Universiada Palma-99.
Las obras del recinto, ejecutadas desde el pasado año, están a cargo de la arquitecta vasca Izaskun Larzabal, quien también remodeló el estadio de Anoeta (ahora Reale Arena).
El “nuevo” Son Moix -sin pista atletismo, cubiertas en las gradas y con los espectadores a diez metros del terreno de juego- será una realidad en enero de 2024 cuando finalicen los trabajos en la Zona Sur.
Entonces, el recinto bermellón ampliará su aforo hasta los 24.000 o 24.500 asientos.
“La iniciativa de ampliar la oferta en Son Moix surge de querer ofrecer más espacios a los aficionados del fútbol que están en Mallorca, ya sea de forma temporal o que viven en la isla y les apetece ver el fútbol desde otra perspectiva”, explica el club.
“Gracias a LaLiga Impulso, hemos podido tener esa mirada para aunar nuestro espíritu innovador con todas las bondades y apoyo de los fondos de CVC. El RCD Mallorca siempre intenta ser disruptivo e innovar, ser atractivo para todos los públicos con un enfoque moderno y, en este sentido, hemos doblado nuestros esfuerzos en hacer realidad todos nuestros objetivos relativos a afición y experiencia”, concluye la entidad mallorquinista.
Patricio Candia Lagomarsino
