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Saturday, April 27, 2024
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TRUMP: ¿Su final o el de Estados Unidos?

“El problema con Donald Trump es que es la representación de una persona pobre que se presenta como rica, de una persona débil que cree ser fuerte y de una persona estúpida que repite ser inteligente”.

Fran Lebowitz

INTRODUCCIÓN

Es imposible dejar de escribir de Trump, aunque muchos nos lo hayamos propuesto.  Su perversión y su ambición no dejan de asombrar en Estados Unidos y en el extranjero.  Su fuerza y relevancia, definida por sus seguidores, ponen en peligro la existencia misma de los Estados Unidos como los hemos conocido hasta ahora, además de acelerar la caída de esta nación como símbolo internacional de liderazgo como modelo democrático.

Este artículo explica los 91 cargos penales, o delitos, que en cuatro casos -dos federales y dos estatales- se le imputan al expresidente; analiza si estas demandas ayudan o perjudican a Trump; anticipa el impacto de estos escenarios para el partido republicano; y finalmente, plantea algunas de las consecuencias hipotéticas si Trump llegara a ser electo.

CARGOS PENALES: 91 DIVIDIDOS EN 4 CASOS

Caso #1 Fraude de contabilidad (Nueva York).  Caso #2 Apropiarse de documentos de seguridad nacional.  Caso #3 Subversión electoral 2020 (Federal).  Caso #4 Subversión electoral 2020 (Georgia).

Esos cuatro casos comprenden 34, 40, 4 y 13 cargos respectivamente para un total de 91. De ellos, 47 son por delitos que violan las leyes de los estados de Nueva York y Georgia y 44 por delitos del orden federal.

CASO #1 FRAUDE DE CONTABILIDAD (DINERO PARA CALLAR A LA ACTRIZ PORNO)

En realidad, este fraude fue una “compensación” económica dada a una estrella de porno, con quien Trump tuvo encuentros sexuales, para evitar que hablara de ello durante su campaña.  Eso no fue lo malo; la acusación es por usar fondos de donaciones recibidas de sus adeptos para su campaña.

Los delitos incluyen falsificación de datos fiscales, aparentando que un abogado de Trump hizo trabajo de abogacía con él y así compensar el dinero que este abogado le dio a la estrella porno.  Vale la pena recordar que el abogado que se prestó a esta maniobra terminó en la cárcel posteriormente y denunció ése y otros fraudes de Trump.  Este caso puede incluir violaciones electorales aparte de las fiscales por haber usado fondos de campaña y otros de otras fuentes, pero restringidos a usarse para ese fin.  Es el caso menos importante de los cuatro.

El fiscal de Manhattan representando al estado de Nueva York hace la acusación.  El juez que lleva este caso es Juan Merchan.  Trump está representado por dos abogados. El juicio está programado para el mes de marzo del 2024.

Es el primer caso de esa naturaleza hecho jamás a un expresidente.  Puesto que es un caso estatal, en caso de que Trump resultara culpable sólo el Gobernador de Nueva York podría perdonarlo.

CASO #2 APROPIARSE DE DOCUMENTOS DE SEGURIDAD NACIONAL

Este es el caso más claro y seguro.  Se tienen muchas evidencias, documentos, grabaciones y videos respaldando este caso federal.  A la Juez Aileen Cannon, nominada por Trump en Florida, le tocó este caso y ha dado muchas muestras de favorecer a Trump.  El inicio del juicio está programado para mayo del 2024.  Si ganara Trump las elecciones él se puede auto perdonar y aunque el perdonarse a sí mismo nunca ha sucedido y tiene serias complicaciones éticas, muchos juristas discuten si es legal o no, pero conociendo a Trump probablemente no dudará un segundo en perdonarse.

CASO #3 SUVERSIÓN ELECTORAL (2020 FEDERAL). ASALTO AL CAPITOLIO EL 6 DE ENERO

Este es un conjunto de acciones que el mundo entero vio por televisión.  Otros acusados han sido ya juzgados con sentencias desde leves a duras y largas.  A Trump se le acusa de cuatro delitos: Dos por interrumpir la certificación del voto electoral por parte del Congreso; un tercero por defraudar a los Estados Unidos impidiendo el conteo y la certificación de votos en las elecciones de 2020; y el cuarto, por conspirar para privar a los ciudadanos de su derecho -garantizado por leyes federales- a votar y a que se tome en cuenta su voto.  Las acusaciones usan la investigación extensa que hizo el congreso inmediatamente después de que inició Biden su mandato.  Pero sagazmente, el fiscal especial de la nación asignado para encabezar esta acusación pudiendo usar muchos cargos más sugeridos por la investigación aludida del congreso ha decidido sólo usar los cuatro antes mencionados que parecen los más sólidos y lógicos de probar.  La juez asignada para este caso es Tanya S. Chutkan, nominada por Obama, quien previamente ha presidido el gran número de casos de los acusados de participar en la insurrección y ha sido dura y severa en sus sentencias.  Esto favorecerá al fiscal especial.  El juicio está programado para enero del 2024.  Otros dos abogados representan a Trump.  Siendo éste otro caso federal, como el de los documentos secretos, nuevamente Trump espera ganar las elecciones y auto perdonarse.

CASO #4 SUVERSIÓN ELECTORAL (2020 ESTADO DE GEORGIA).  PRESIÓN A FUNCIONARIOS ELECTORALES PARA BUSCAR VOTOS A SU FAVOR Y ELIMINAR LOS DE BIDEN.

Aunque este caso es casi idéntico al federal anteriormente descrito con respecto a razones, acciones y cargos, es también diferente de muchas maneras.  La fiscal -mediante citas judiciales- logró interrogar a 18 aliados o testigos de lo hecho por Trump.  Además, presentó sus cargos bien documentados a un gran jurado, que decidió que había suficiente evidencia para acusar a Trump y a los demás involucrados.

Los cargos usan la ley especial de Organizaciones Corruptas e Influencias del Crimen Organizado de Georgia por sus siglas en inglés las llamadas leyes RICO, que son herramientas que se desarrollaron para facilitar la persecución de las empresas delictivas organizadas y pueden usarse contra miembros de cualquier grupo que participe en un patrón de actividades delictivas con un propósito común, y fundamentalmente han sido usadas contra la mafia y el crimen organizado.  Una condena usando a RICO conlleva una sentencia mínima de al menos cinco años de prisión.  La muy difícil tarea para la fiscal será probar que hubo todo un complot con premeditación y ventaja por parte de Trump y sus aliados.  El juez es Scott McAfee.  La fecha para el juicio se ha anticipado preliminarmente para marzo del 2024, el mismo mes que el otro delito estatal de Nueva York de fraude de contabilidad para pagar a la actriz porno.  Otros dos abogados principales representan a Trump en este caso.  Los únicos que podrían perdonar a Trump legalmente, si este fuera condenado, es el Consejo de Perdones, un grupo de cinco miembros que son nombrados por el Gobernador de Georgia.

GENERALIDADES

Todos los casos hacen historia en el sentido que nunca había existido un expresidente con tantas acusaciones legales de diversa índole.

No aparece en ninguno de los casos señales de conspiración, cacería de brujas, comunicación de los fiscales o coincidencias fingidas de tiempo o formas.  Todo apunta a que se ha actuado con independencia en cada uno de los equipos legales haciendo cargos con sus tiempos y formas legales.  Todos los casos tomaron años de preparación, investigación y documentación.

En todos los casos las estrategias de los abogados de Trump es retrasar al máximo los juicios esperando que pasen las elecciones.  De esa manera, de ser electo en al menos dos de los casos se auto perdona o usa su influencia de presidente para que el departamento de justicia anule los cargos tanto de los documentos secretos que se robó, como de los cargos relacionados al 6 de enero -algo que ya ha anunciado en sus cuentas en las redes sociales.

LOS ABOGADOS DEFENSORES

En cada uno de los casos dos abogados representan a Trump, y en ningún caso vuelven a repetirse los mismos.  Sin embargo, se antoja indispensables reuniones entre ellos para no contradecirse en sus estrategias de defensa, lo que implica reuniones de todos explicando sus maniobras legales para defender a Trump. Realmente son casos complejos y va a ser como estar librando batallas en muchos frentes con un comando central.  La mayor parte de los abogados tienen experiencia defendiendo a figuras de la mafia, raperos y otros delincuentes.

CALENDARIOS COMPLICADOS

Todos los casos se han programado para el 2024, el mismo año de la campaña y la elección, misma que está programada para el martes 5 de noviembre del 2024.  Las primarias republicanas serán definidas en enero 15 del 2024; todo el 2024 será de campañas nacionales.

TRUMP ES EL LÍDER EN LA ELECCIÓN PRIMARIA

Trump es el líder indiscutible de la elección primaria republicana.  Encuesta tras encuesta lo muestran con ventaja de dos cifras.  Ni DeSantis que esmeradamente planeó e imitó los estilos conservadores radicales de Trump ha podido acercarse siquiera.

Al paso que va, Trump será el candidato republicano.  Su base de votantes -ésos a los que no les importa que Trump asesine a alguien en la 5ª Avenida de NY, porque como sea lo apoyarán- se sienten enervados con las acusaciones.  Para ellos todo prueba que Trump es “su” candidato y que el sistema le tiene tanto miedo que conspira para detenerlo a cualquier precio.  A ellos, que ciegamente votarán por él, no les importa si tiene que gobernar desde la cárcel.  Dicho de otra manera, lejos de que estas acusaciones le hagan perder votos parecen lograr lo contrario.

¿HAY IMPEDIMENTOS LEGALES PARA QUE SEA CANDIDATO SI ES CULPABLE DE ALGUNOS DE LOS 91 CARGOS?

Sí y No.  La Constitución de los Estados Unidos no impide que Trump sea un candidato y que, de ganar, ocupe el cargo presidencial.  La carta magna de esta nación sólo establece tres condiciones para ser candidato.  1) Debe tener al menos 35 años.  2) Debe ser un ciudadano nacido en los Estados Unidos.  3) Debe haber vivido en los Estados Unidos durante al menos 14 años.  Literalmente hablando un prisionero cumpliendo condena, puede ser candidato y puede ser electo y por lo tanto gobernar desde la prisión si reúne las tres condiciones expuestas.

Pero hay otra interpretación legal.  Cómo es bien sabido por mis lectores, Trump, sus aspiraciones, su estilo peculiar de gobernar, y su forma de reaccionar a críticos, adversarios, demandantes sociales y legales ha forzado a las instituciones sobre todo a las judiciales a moverse en un terreno sin precedentes porque simple y sencillamente nunca había existido alguien que haya tenido el comportamiento de Trump.

Desde ese punto de vista, dos profesores de derecho miembros de la Sociedad Federalista acaban de escribir un interesante artículo donde sostienen que el Sr. Trump, no puede ser presidente, ni postularse para serlo, ni ocupar un cargo, basados en una interpretación de la enmienda 14, Sección 3ª. de los Estados Unidos.  Esta enmienda constantemente invocada en casos legales de derechos civiles establece que “…ninguna persona será senador o representante en el Congreso, o candidato a Presidente y Vicepresidente, ni ocupará ningún cargo, civil o militar…, si habiendo prestado previamente un juramento… como funcionario, ejecutivo o judicial de cualquier estado para apoyar la Constitución de los Estados Unidos, ha participado en una insurrección o rebelión contra la misma o haber dado ayuda…, a los enemigos de la misma.”  Obviamente éste es precisamente el caso de al menos una de las acusaciones que tiene Trump, la federal por los motines del 6 de enero y podría hacerse extensiva a la de Georgia por tratar de cambiar los resultados de la elección.  Los autores, por cierto, conservadores, aseguran que hay “abundante evidencia de que el Sr. Trump se involucró en una insurrección.”  El mismo artículo indica que hay una salida para este impedimento, “que dos tercios del congreso decidan otorgarle amnistía por su conducta del 6 de enero.”

Pero este es un artículo académico legal, no es práctica común de procesos y juicios, principalmente porque cuando un funcionario se acerca siquiera a una situación comprometida casi siempre renuncia antes de que apliquen los procesos invocando ésta u otra legislación.  Fue el caso de Nixon que seguramente se retuerce en su tumba diciendo: “ya ni la friegan, por poquito que hice me obligaron a renunciar, y a éste que ha hecho mucho más que yo le perdonan todo.”

El artículo, y más importante la acotación legal, tiene mérito suficiente para que, si hipotéticamente Trump sigue su curso, sus adversarios hagan una demanda que seguramente llegará a la Suprema Corte de Justicia, misma que tiene mayoría de jueces conservadores nombrados por Trump.

OTROS IMPEDIMENTOS POLÍTICOS

Aunque Trump siga con enorme apoyo de un gran grupo de votantes republicanos, su comportamiento controvertido, volátil, desconfiable, temerario y agresivo le puede hacer perder a las élites, principalmente las personas con influencia financiera, los abogados claves, los expolíticos que siempre han mantenido cierta distancia y muchos abiertamente has disentido de él.  De hecho, siempre ha existido un grupo de republicanos que está convencido que Trump no es un buen funcionario.  Ese grupo por las razones anteriores podría crecer.

¿GANARÁ TRUMP?

La nominación del partido republicano, contundentemente sí.  La presidencia, es dudoso.  La base de trumpistas fanáticos es un grupo que domina, no en número, pero sí en ideología al partido republicano.  Su base de leales seguidores se considera más de un 30% y menos de un 40% de los votantes de Estados Unidos.  Eso es suficiente para que con tantos candidatos republicanos él garantice su nominación, puesto que los votos de sus contrincantes dividen al electorado republicano y su base se mantiene leal y firme con él.

Si los republicanos fueran estrategas sagaces y valientes, se reunirían entre ellos y decidirían por un candidato que se enfrente a Trump apoyándolo todos los demás y eso pondría en peligro la nominación de Trump que ahora se ve muy segura.  Pero es casi imposible que eso suceda.  Muchos de los candidatos sienten que es casi un suicidio político hacer eso.

EL PARTIDO REPUBLICANO PIERDE GANANDO

Lo he dicho en otros artículos, Trump sigue siendo el secuestrador del partido republicano.  Trump ha sido una figura terriblemente tóxica para el Viejo Gran Partido de color rojo.  Sus ideales se han perdido, su mística ha desaparecido, sus seguidores se han vuelto fanáticos irrespetuosos, violentos y sin plataformas o proyectos.  Los triunfos de Trump y de los republicanos que apoyan a Trump tanto como candidatos a otros puestos políticos o como electores son derrotas disfrazadas de triunfo.  La historia cobrará esa cuenta.

¿QUÉ PASARÍA SI GANA TRUMP?

Los expertos han publicado escenarios probables y factibles.  Algunos de los expertos más confiables con amplia experiencia en la política y la historia de este país, piensan que sería el fin de la república.  Sería una especie de derrocamiento del gobierno como lo conocemos desde dentro, una especie de un golpe de estado que cambiará para siempre lo que hemos entendido como Estados Unidos.

LAS PRIMERAS HORAS DE SU GOBIERNO

Primero, nombraría a los puestos claves con base en súper lealtad y absoluta confianza.  La capacidad tendría importancia secundaria o marginal.  Empezaría por despedir al Director del FBI, y hacer una purga entre los más profesionales para poder utilizar a la agencia a su antojo y cambiar profesionalismo por politización para hacerlos una agencia que les sirva a sus agendas de consolidar su poder y atacar a sus enemigos.

Algo parecido haría con el Departamento de Justicia que tiene una tradición de funcionar con mucha autonomía y mínima intervención del ejecutivo.  Seguirían la CIA y su Consejo de Seguridad.  Debe tomarse en cuenta que, tanto en administraciones republicanas como demócratas, estos puestos se ofrecen a expertos sumamente especializados y se usa a profesionales con impresionantes currículos y experiencia.  El cambio de mando en la FBI, CIA, Consejo de Seguridad impactaría a estas burocracias dramáticamente en sus trabajos, funciones y rendimientos.

Inicialmente las instituciones ahora al servicio de Trump empezarían una persecución de los supuestos enemigos de Trump que lo han acusado, o que les ha tocado encabezar demandas o juicios contra él.  Inmediatamente, habría una vuelta en “U” con respecto a Ucrania y en favor de Rusia.  La distancia con China sería mayor y diversos tipos de políticas contra de ella se multiplicarían creando una tensión a nivel mundial.

EL CONGRESO

El senado dejará de ser un freno para Trump.  Esperará que sus nominaciones a diferentes puestos sean aprobados rápido y sin querellas o mayores discusiones.  Está por verse si en las elecciones venideras en que un tercio de los senadores serán reelectos o reemplazados por sus contrincantes quién tiene esa mayoría bendita en el senado, pero si son de mayoría republicana, nada detendrá al hipotético reelecto Trump.  Si fuera lo contrario, como lo hizo anteriormente, sólo que ahora más, tendrá puros puestos interinos sin pasar por la confirmación del senado. Esas trivialidades a Trump no le importan.  Existe la posibilidad de que, si tanto el senado como los diputados congresistas se unen, le impidan legalmente gobernar con interinos.  Pero esto parece poco probable por la polarización electoral que existe.

UN PRESIDENTE DE ÓRDENES EJECUTIVAS

Agotaría, si es que se pueden agotar, sus poderes ejecutivos, órdenes ejecutivas para seguir su empeño destructivo contra el servicio civil de carrera de diplomacia en el departamento de estado, fiscales en el IRS, el departamento del tesoro, la reserva federal y muchos más.  Le interesa colocar a fanáticos leales no la eficiencia de las instituciones.

FUERZAS ARMADAS

Utilizaría un repliegue del ejército en el exterior y lo utilizaría domésticamente con fines de “seguridad interna.”  Esto implicaría serios trastornos a nivel internacional y gran preocupación con naciones amigas ante el regocijo de los enemigos tradicionales de los Estados Unidos, como Rusia, Corea del Norte, Irán y otros.  El liderazgo de esta nación iría en declive ante la algarabía de Putin.  Finalmente, la violencia política aumentaría y un colapso democrático sería posible.  Todo esto y más está en riesgo en la próxima elección.

BIDEN VS TRUMP

El gran escenario es anticipar ¿ganará Trump a Biden?  Ese es el gran dilema de los Estados Unidos con repercusiones mundiales.

Biden ganó a finales del 2019 con un muy escaso margen.  Es completamente normal que alguien como Trump, o cualquier otro político diga, “ahora sí le gano.”  Además, hay otros detalles que son importantes para la percepción de un votante, por ejemplo, la edad y las condiciones de Biden.  No es un secreto que será, si gana, el presidente de mayor edad en los Estados Unidos.  El actual presidente ha dado muestras de poca vitalidad, escasa energía física, de lapsus de memoria, confusiones, errores al hablar y a pesar de que su edad en realidad no es tan distante de la de Trump, los separan sólo cinco años; el estilo de Trump, sin embargo, proyecta vigor, energía, fuerza y temeridad.  Aunque el estado de salud de cada uno es casi un secreto, no es desquiciado pensar que Biden puede sufrir un colapso de salud que lo incapacitaría.  Si fuera el caso, Kamala Harris, vicepresidente tomaría su lugar.  Aunque ella tenga un buen récord como funcionaria, no tiene una buena imagen ante los electores.  Si fuera el caso que esto pasara durante la campaña Trump ganaría con relativa facilidad.

También debemos pensar durante las elecciones en un escenario posible no probable, que un fanático opositor de Trump, de esos que se hacen famosos por hacer lo impensable haga un atentado contra Trump, o bien que le dé muerte.  En este caso será una prueba más para las instituciones de lo Estados Unidos.  Habrá mil especulaciones, culparán al sistema, a la FBI, a agentes chinos, a los inmigrantes, habrá motines y violencia.  Quien lo substituya tendrá la ventaja de la justicia electoral y ganará el candidato republicano.

ENCUESTAS

Aunque las encuestas una y otra vez prueban valer tan poco que es casi pérdida de tiempo verlas, actualmente, al preguntar a quién prefieres de presidente ambos candidatos tienen un empate técnico rayando en el 42% para ambos.  Existe un 15% o más de indefinidos.  Ellos teóricamente decidirán la elección, como sucedió en el 2019.

LOS INDECISOS DEFINIRÁN LA ELECCIÓN

Los analistas favorecen un perfil para los indecisos de gente con mayor educación al promedio, no son pasionales, analizan y piensan más que el promedio de la gente, sobre todo de aquellos que ya decidieron sus preferencias.  Eso, por simple sentido común, favorece a Biden.  Sus buenas cuentas de gobernante son abundantes principalmente el manejo de la pandemia y la economía.  Su prestigio internacional es indudable, destacándose el apoyo a Ucrania y su relación con otras naciones.  El equipo de gobierno que utilizó tiene altas calificaciones.  Eso debe ser al final de cuentas lo que tomen en cuenta los indecisos.  A esto debe agregarse que es bien sabido que existen un buen número de republicanos que rechaza a Trump.  Estos serán votos para Biden, o se quedarán sin votar.   

Sólo 9 presidentes han perdido una reelección y 21 presidentes han sido reelectos.  Solamente uno, Grover Cleveland, ganó una reelección no consecutiva.  Si Trump gana sería el segundo en la historia de Estados Unidos.  Tengo que concluir que, por lo expuesto, táctica e históricamente la balanza, sin asegurarlo, se inclina por una reelección de Biden.

CONCLUSIÓN

Es difícil pensar que en la historia de los Estados Unidos haya habido un momento así, tan definido, peligroso, trágico y complicado.  No hay mucho que especular, ya se conoce a Trump.  Ya fuimos testigos de lo que es capaz.  Si llegara a ganar, sabe que no puede aspirar a ser reelecto, será como un perro bravo y enloquecido sin cadena.  Al mismo tiempo las instituciones de los Estados Unidos son fuertes.  Todo el período de Trump como presidente resistieron los embates de éste, aunque no salieron ilesas.  La historia está por verse.

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